Esbozar en pocas frases la vida de Nicolás Doorn no es tarea fácil, pero sí gratificante, pues volver con el recuerdo a encontrarse con una personalidad de sus quilates hace que cualquiera, por su ...
Capitulo VIII
…y los cuervos vinieron UN NUEVO COCHE BÍBLICO Fue en 1920, cuando Nicolás y Langran, recibieron el nuevo coche a motor. Se trataba de un Ford último modelo, al que se había adaptado una ...
Capitulo VII – Noviazgo y casamiento
DE REGRESO AL PAÍS Antes de partir hacia Inglaterra, Nicolás había comenzado su noviazgo con Emilia, la hija menor de la familia Spooner y, al regresar, se estableció temporariamente en Rosario, formalizando su compromiso ...
Capitulo VI
(Un paréntesis) Don Jorge Langran La obra de un pionero Oportunamente prometimos ocuparnos de Jorge Langran. Recordamos el viaje que éste y Nicolás Doorn realizaron en sulky, desde Córdoba hasta Cañada de Gómez, y ...
Capitulo V – El complemento de la actividad y el estudio
1910 – 1911 Estos dos años fueron de intensa actividad en la vida de Nicolás; pero ¿hubo acaso alguna época en que su vida no fuera de acción sostenida? Al comenzar 1910, últimos meses ...
Amigo del Ché Guevara
Sí, yo fui amigo del Ché. No del guerrillero muerto en combate en la selva tropical, pero sí del niño Ernesto Guevara de la Serna, que todos los días concurría a la biblioteca de ...
Jesús le dió importancia a la sanidad
Jesús le asignó a la tarea de sanar un lugar preponderante y así vemos que al comenzar su ministerio el evangelista Mateo nos dice que “Jesús recorría toda Galilea, enseñando en la sinagoga de ...
Carta de Desiderio – Sanidad Interior
Estimado señor director: Siempre me ha preocupado el tema que usted trata en el presente número de su prestigiosa revista. Digo que “me ha preocupado”, pero debo confesar que es así porque no lo ...
El Huraño
Tiene en los ojos desconfianza. Algunos lo rotulan de histérico y lo castigan. Todos se alejan, lo señalan, lo desprecian, no vaya a ser que no coseche su hosquedad. A nadie se le ocurre ...
Cada vida humana es sagrada
Marianne Charlier La paciente entró en mi consultorio, se sentó en silencio y me extendió una hoja de papel, ayudándose con sus dos manos deformadas como ganchos. Empecé a leer: Doctora, Tengo náuseas en ...