Por el DIRECTOR DE LA ESCUELA BIBLICA EVANGELICA
Mi querido Juan:
Hubo un tiempo en que se consideraba al Espíritu Santo como la
«persona olvidada de la Trinidad». Hoy en cambio, se haba mucho
del Espíritu. Pero no siempre se utiliza su nombre para
edificación. Hay los que pretenden monopolizarlo como propiedad
privada y hasta parece que pretendieran manejarlo. Pero hay
también quienes tienen convicciones teológicas ortodoxas sobre el
Espíritu, pero no dan lugar en sus vidas para que el mismo
manifieste la plenitud de su poder.
Es fundamental que te sientas preocupado por la obra que el
Espíritu desea realizar en tu vida, y en la vida de la iglesia a
la que perteneces. Las posibilidades que se abren para nuestra
bendición, la bendición de la familia de Dios y el beneficio para
el mundo que nos rodea, son limitadas, si comienza una época en
la que nos convocamos para orar pidiendo que Dios obre de manera
que nos muestre nuestro pecado de religiosidad conformista y nos
conduzca al arrepentimiento. Utilizo las palabras de H.Saint
John: «Si estamos satisfechos con nuestra vida eclesiástica, que
Dios tenga misericordia de nosotros y nos rompa en pedazos,
despertándonos hacia las realidades de la vida».
Debes dar gracias a Dios por la Iglesia en la cual estás, Pero no
conformarte con menos que una manifestación plena del poder del
Espíritu en la comunidad.£ Te sugiero que busques en tu iglesia
hermanos que quierab acompañarte en un programa perseverante de
oración, clamando al Señor para que comience en el grupo, aunque
sea pequeño, su obra escuadriñadora que conduce al
arrepentimiento. Que el Espíritu de Cristo realice en ustedes su
tarea de limpieza y santificación, de manera que el mismo
Espíritu vaya llenando sus vidas.
Oren intercediendo por todos los miembros de la iglesia para que
haya un vivo despertar a responsabilidades y compromisos en todos
los creyentes. Oren sin desmayar, con fe, pues el mismo Señor
Jesús dijo: «si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la
tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por
mi padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». ¡Son
sufiecientes dos o tres para que Dios responda con el poder de su
Espíritu! Pero es necesario perseverar en la oración, semana tras
semana, mes tras mes, sin flaquear, con la seguridad que la
bendición ya ha salido de Dios cuando has comenzado a orar, pero
no sabes cúando él querrá manifestarla. Te sugiero leer el
capítulo 9 de Daniel, pues la oración que él hace es la que
necesitamos hacer nosotros. En el v.23 Gabriel dice: «Al
principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para
enseñártela» y Daniel aún estaba orando. Es probable que
transcurra algún tiempo en esta actitud de súplica, hasta que se
deen las condiciones que el Señor requiere para derramar su
bendición. Pero es importante perseverar orando, para que cuando
Dios comienze a obrar, estés en la situación conveniente, pues al
principio de tus ruegos fue dada la orden.
[1]îPor supuesto que debes perseverar en la oración privada, pero por las palabras del Señor hay una virtud particular en la oración
comunitaria. Y es seguro que encontrarás quien o quienes te
quieran acompañar en la empresa, que sin dudas los conducirá a
una vida entregada al poder del Espíritu, que revoluvionará toda
la vida de la iglesia, y proyectará la bendición de Dios a la
sociedad en medio de la cual la comunidad cristiana será
realmente sal de la tierra y luz del mundo.
Es lo que Pablo dice a los Filipenses (2:12®15): «Ocúpense de su
salvación con humildad y temor; pues Dios es el que les da los
buenos deseos, y les ayuda a llevarlos a cabo, según su buena
voluntad… que nadie encuentree en ustedes ninguna culpa ni
falta, sino que sean hijos de Dios sin mancha en medio de la
agente mala y perversa. Ustedes brillan entre ellos como
estrellas en un mundo oscuro al llevarles el mensaje de vida».
Te saludo fraternalmente.