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Home » Cartas a Juan Lector » Carta a Juan Lector – La madurez

Carta a Juan Lector – La madurez

By Administrator  Posted on mayo 28, 2010 In Cartas a Juan Lector, La Madurez 8 Comments
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CARTA A JUAN LECTOR

Querido Juan:

Es importante que tengas bien en claro cuál es la doctrina bíblica de madurez cristiana, porque existen conceptos que no interpretan el rigor de la verdad. Algunos hablan de «segunda experiencia», otros del «cruce del Jordán», o bien del «bautismo del Espíritu Santo» o de la «vida victoriosa». Algunas de estas experiencias tienen un contenido verdadero, pero no en el sentido absoluto que a veces se le asigna. Todas incluyen la idea de una crisis que conduce a una nueva experiencia en la relación con Dios, por la que se entra en la madurez. Pero en la Biblia hallamos muy claro el concepto de «madurez», como de un proceso y no de un salto. La madurez espiritual es equivalente a la madurez biológica o síquica e intelectual: es progresiva, se madura a medida que se crece.
Reconoceremos el valor de la crisis en la vida espiritual. Representan situaciones en las que debemos soportar presiones que suelen producir efectos positivos, si nos conducen a vivir experiencias de más profunda comunión con el Señor, o a entregar¬nos plenamente al poder del Espíritu. A veces es la convicción y la confesión de pecados, que son muy saludables para la renova¬ción de nuestra vida espiritual. Pero de ninguna manera debemos supeditar la crisis, a la condición imprescindible desde la que debemos partir para iniciar un nuevo camino de santidad, como si nos condujera a una nueva relación con Dios, diferente en esencia a la que hemos disfrutado desde nuestra conversión. En general, la vida de todo creyente está jalonada de crisis que pueden ser positivas, en cuyo caso, representarán parte del proceso ininte¬rrumpido y ascendente en el camino hacia la madurez.
En «la segunda experiencia», se pretende que debe haber una entrega equivalente a la que hicimos en la conversión, pero ahora, para recibir la santificación. El argumento es: así cono somos impotentes para ser salvos, también lo somos para ser santos. Por lo tanto, debemos ir a Cristo, «cruzar el Jordán» -como antes cruzamos el Mar Rojo- y entraremos en el reposo de la santidad. En esta argumentación hay buena parte de verdad, porque la santidad es un camino de fe, como lo es el de la salvación. Pero nunca es un estado absoluto al que podremos ingresar mien¬tras estemos en este mundo. Cuando Israel cruzó el Jordán, comenzó una lucha que duró durante toda su historia. No entraron en el reposo. Lo mismo ocurre en la vida cristiana: es una permanente lucha. Pablo lo expresa claramente cuando dice que él  mismo no pretende haber alcanzado la meta, pero persevera en intentar lograrlo.
El mismo argumento vale para la pretendida unción del «bautismo Espíritu», como una experiencia nueva en el creyente como punto de partida para lograr un nuevo nivel espiritual. Somos bautiza¬dos en el Espíritu cuando recibimos a Cristo como Salvador y Señor. Por la fe en Dios no da la vida eterna, que es el mismo Espíritu de Cristo que viene a morar en nosotros. Mantenerlo vivo, activo y manifestando se poder en nosotros, es el fruto de una renovación continua de nuestra entrega. No es meramente una experiencia que surge de una crisis, y vale para siempre, sino que es una constante y continua renovación de la crisis con que inicia: convicción de pecado, visión del poder salvador y santi¬ficador decíamos la vida cristiana en Jesucristo y entrega de voluntad al poder del Espíritu, es decir, una renovada y repetida recepción de Cristo en nosotros. No es una experiencia nueva, sino una actitud permanente de vivir enriqueciendo el conocimien¬to del Señor, por el cual el Espíritu nos transforma a su seme¬janza.
En el camino hacia la madurez naturalmente habrá fluctuaciones. Lo importante es que vivas cada día consciente de la gracia del Señor que quiere, y puede transformarte, e inicies el día con una oración de entrega, suplicando que el Espíritu Santo te dirija a cada momento, reconociendo la presencia de Cristo en ti, y suplicándole que te sea permitido descubrir la voluntad de Dios en el camino que te tocará recorrer este día. Dios es el que pondrá en ti el querer como el poder hacer su voluntad.
Te saludo fraternalmente el Director de la Escuela Bíblica.

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El fruto del Espíritu: Cristo en nosotros
Cristo arquetipo de la madurez

8 thoughts on “Carta a Juan Lector – La madurez”

  1. JUAN ANTONIO dice:
    mayo 28, 2010 a las 11:38 pm

    buenos estudios que Dios les bendiga

  2. Marco Gabriel dice:
    mayo 28, 2010 a las 11:52 pm

    Gracias por esta reflexión, la madurez espirtual entonces alcanzamos cada día, captando de Dios el conocimiento que nos da sea por experiencias personales de pruebas y luchas, en reflexiones como la descrita, en las enseñanzas biblicas del Pastor, en los testimonios diarios que escuchamos, es verdad, Dios va poniendo en nuestra mente y corazon sabiduría espirtual todos los días. Cada día es la suma de la que pasamos, cada día es un escalónhacia arriba, que bien que me siento en este momento, Gracias a Dios. Bendiciones para Ud. hermano Director

  3. Ernesto J. H. dice:
    mayo 29, 2010 a las 9:21 am

    Es realmente maravilloso saber que nustra lucha hacia la vida sana tiene reconosimiento ante los ojos del Señor, en su palabra nos exorta a que sigamos adelante a pezar de la adversidades que se nos presentan, me gozo saber y confirmar con los demas que seguimos al Señor, que nuestra nueva manera de vivir en Cristo es Santidad, o sea, en todo lo que se refiere a una vida en la perseverancia de la rectitud conforme a los mandamiento de nuestro Dios, nuetro Señor nos ama tanto, que nos dice que no es nada facil seguir sus caminos, pero nos dá una fuerza especial que biene de el mismo para fortalezernos y seguir adelante «el poder de sú espiritu» lo único que necesitamos para pelear la batalla contra el enemigo, al igual que nos dá de su brillo en su semejanza para que caminemos con la frente en alto mientras nos sometamamos a su divino poder por medio de la fe, la herramienta para mantener la espada afilada contra el enenmigo. (la tentacion de caer en el pecado).
    Al igual como todos los que leemos su reflexiones, le damos grasias a Dios por tener tan lindo propósito en usted hermano Director, que El Señor lo siga bendiciendo en sabiduría y que la luz de su conosimiento nunca se apague, hasta que el señor se lo permita, Bendiciones….

  4. juan carlos dice:
    mayo 29, 2010 a las 2:23 pm

    grasia, que el señor les bendiga mucho.

  5. Pr. Nicolás García dice:
    mayo 30, 2010 a las 6:06 am

    Por fin, una reflexión BIBLICA en un foro.
    Como verán he escrito bíblica en mayúsculas, porque la mayoría de las reflexiones que suelen aparecer en casi todos los foros evangélicos de internet, suelen ser pseudobíblicas. Es decir, hablan de la Biblia, pero desde el conocimiento humano, no desde el pensamiento de Dios.
    Gracias, hermano por su reflexión. Le felicito.
    Bendiciones

  6. juan olechea dice:
    noviembre 29, 2010 a las 11:24 am

    Gracias por la enseñanza estoy de acuerdo que la madures es progresiva, esto afirma mi conocimiento bi blico

  7. juan olechea dice:
    noviembre 29, 2010 a las 11:27 am

    GRacias por la enseñanza estoy de acuerdo que la madures es progresiva

  8. Ricardo Yujra dice:
    julio 26, 2013 a las 3:54 pm

    Bastante reflexivo, pero debería incluir una descripción más profunda del significado de madurez, como lo apunta, es decir, que más sucede en este proceso, siendo que la segunda bendición ó como se lo llame no son más que el resultado de esta madurez espiritual en uno…

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