El maestro se sentó y sus discípulos lo rodearon. El más joven de ellos le preguntó:
Maestro ¿cómo es la espiritualidad que Jesús desea desarrollar en nuestra alma?
La espiritualidad cristiana es como un jefe de familia que compra una casa y encuentra que el jardín está descuidado, con malezas, yuyos de toda clase y escombros.
Durante el otoño comienza a trabajar pacientemente y cada día corta las malezas, retira la basura con un rastrillo, empareja el terreno y con una pala remueve la tierra para que se oxigene.
Durante el invierno, y cuando el terreno está limpio comienza a plantar árboles frutales, plantas de flores y hierbas aromáticas, y algunas hortalizas en un pequeño huerto. Cada día las riega y limpia de nuevas malezas que intentan crecer a su alrededor.
En la primavera las plantas comienzan a llenarse de hojas, flores y frutos que embellecen el jardín de diferentes colores y aromas.
Cada día muy temprano, antes de desayunar, aquel jefe de familia recorre el jardín observando cada planta; luego mientras desayuna con su esposa le comenta las novedades: “el rosal dio un nuevo pimpollo color púrpura”, “el limonero necesita ser curado”, “las flores de jazmín continúan dando su aroma”, “y una gran sorpresa: al fin la hortensia dio sus primeras flores. Debemos esmerarnos en regarlas y protegerlas del viento y del sol fuerte”.
Entonces el anciano maestro miró a sus discípulos y les dijo:
Así desea Jesús que paseemos por nuestro ser interior cada día y que conozcamos las novedades de nuestra alma.
tengo un pequeño libro llamado ‘El Aposento Alto’, en donde puedes encontrar predicaciones cristianas escritas por personas de distintas nacionalidades