¡Ay, Señor, tengo miedos!
se ríen de mí y no tengo defensas,
¡quiero huir y tropiezo!
¡Señor, pienso que me rechazan!
Ay, Señor, se burlan…
Señor, estoy acorralado.
Construyo caminos,
transito por ellos imaginariamente,
me pierdo, me extravío, me asusto.
¡Señor, qué soledad la mía!
Quiero decir algo
y me entienden otra cosa.
Busco alivio a mí mismo,
pero la emoción es momentánea,
me doy ánimo
sólo hasta la fecha del encuentro.
¡Ay, Señor hago magias para encontrarte
y sólo obtengo silencio…!
Hablo, predico, testimonio de Ti,
pero me siento vacío.
Hago elaboraciones obsesivas,
discuto, peleo y leo.
Y Tú no estás, Señor.
¡Ay, Señor, me has abandonado!
Me has entregado a mis propias fantasías.
Les envío éste bosquejo sobre:La mente, el campo de batalla
Efesios 6.12 Estamos en guerra, ¿Quienes son nuestros enemigos?
Juan 8.44 Jesús enseñó que el diablo es un mentiroso y padre de mentira.
Esto quiere decir que nos miente sobre nosotros, sobre otras personas y las circunstancias que nos rodean.
A unos humilla: Tú no sirves para nada.
A otros enaltece: Mi hijo es muy inteligente.
A todos intenta destruir: Al marido: No puedes fiarte de tu esposa.
A la mujer: Todos los hombres son iguales.
A todos: Jamás conseguirás cambiar.
Nos dice cosas que no son verdad. Aunque no te dice toda la mentira de una vez. El es sutil, No tiene prisa.
2ª Corintios 10.4-5 Satanás intenta levantar fortalezas en nuestra mente. Prisiones en las que nos controla y en las que él se siente protegido.
Argumentos contra la voluntad escrita de Dios.
Tenemos las armas para destruir dichas fortalezas y derrotarlo. El vers. 5 indica dónde está el campo de batalla: La mente es el campo de batalla.
Resumen:
Estamos en guerra
Nuestro enemigo es el diablo
La mente el campo de batalla
Su estrategia: levantar fortalezas
Su arma: la mentira
Su plan: A largo plazo. No tiene prisa
Ejemplos: Juan y Paquita, eran una pareja como muchas otras. Él terriblemente pervertido. Ella sumamente consentidora. Ambos fueron manejados por Satanás contra sí mismos y contra su familia y aún la iglesia de Dios.
¿Cual es la solución? Romanos 12.2
Nuestras armas: La verdad nos hará libres Juan 8.31-32
Debemos enfrentar la verdad: sobre nosotros mismos, los demás y las circunstancias.
1ª Corintios 10.13 La vía de escape
Lucas 4.18-19 La buena noticia: Dios está de nuestra parte.
Nuestros problemas son internos, radican en nuestros pensamientos y actitudes.
Si puede dominar nuestros pensamientos controlará también nuestros actos.
Juan 8.36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Cuando hemos sido salvados por fe en Jesucristo, nunca más, volvemos a sentirnos como se expresa el poema del principio. Si acaso ocurre, es porque nos hemos separado de Jesús. Acude inmediatamente a Él, pídele perdón por tus pecados. Reconoce que le necesitas. Aférrate a Él, y nunca más te separes de quien te da la vida.
Y nunca más te volverás a sentir igual.
Bendiciones.
Dios le vendiga y espero que siempre puedan tenerme con un hermano een la fe del señor jesucristo vendiciones maranata
desoe siempre que el señor les vendiga y le proveha todas las peticiones de sus corazon.
el mensaje es muy bueno, y explica mucho.
creo que no debemos dejar dominarnos por satanas, por eso hay que estar aferrados a DIOS.
muchas gracias por el mensaje
Que DIOS los Bendiga.
Dios les bendiga, cuando entras en una laguna de vacio entre tu y Dios. Es que no has entendido el mensaje del evangelio, y oras pero como dice El Señor Jesùs, el que busca hayara esa bendiciôn que buscas. Ahora vemos como que Pablo le rogaba a Dios que le quitara ese dolor que tenia en su cuerpo pero Dios le dijo bastate mi gracia.Sabiendo Pablo como Saulo consentia en que se martirizara a los que hablaban de Jesùs que habia resucitado. Fue la roca Jesùs en que tropezaron los fariseos. Si quieres seguir a Jesùs que bueno sino es tu responsabilidad.
dios nos conceda sabiduria para amar y apagar las armas del enemigo, recomiendo el libro GUERRA ESPIRITUAL de richard ing
He leído miles de libros. Muchos de ellos sobre guerra espiritual. Pero todo lo que he leído queda opacado por un solo verso de las Escrituras Sagradas. Lo mejor que he leído sobre el tema de la guerra espiritual es un verso de la carta a Santiago.
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. (4.7)