Esbozar en pocas frases la vida de Nicolás Doorn no es tarea fácil, pero sí gratificante, pues volver con el recuerdo a encontrarse con una personalidad de sus quilates hace que cualquiera, por su ejemplo, trate de superarse.
Tuve el privilegio, por casi tres décadas de estar bajo su pastorado y fue allí donde conocí al hombre y también al siervo de Dios.
Como hombre simple y sencillo, su aspecto de gran señor le abrió puertas que estaban vedadas para muchos. Pero, volvamos atrás en el tiempo y nos encontraremos con un joven rubio, nacido en Holanda, que antes de cumplir veinte años, dedicaría el resto de su vida a servir a quien era desde tiempo atrás su Salvador y Señor.
Corría el mes de mayo de 1905 y, seguro que sin que se lo propusiera, se convertiría en el primer misionero encomendado por la iglesia de los hermanos en el país. Junto con su simpleza y sencillez, la humildad era otra de las condiciones que enmarcaban su persona. Un rasgo para confirmar: no hubo visita masculina que pernoctara en su casa que a la mañana siguiente no se encontrara con sus zapatos lustrados.
En su hogar nacieron tres hijas, plantó varios árboles y, si bien es cierto, no escribió ningún libro, dio motivos, por su vida, a que, como en este caso, se imprimiera uno.
Elegante, bien plantado, de fácil y contagiosa sonrisa, sigue siendo recordado por aquellos con quienes tuvo algún contacto.
Como siervo de Dios, dejó bien en claro lo que es vivir por fe. En aquel tiempo no había sido aún establecido el «Fondo de Ayuda para la Obra y Obreros». La naciente Iglesia en el país no había sido enseñada a ofrendar, por lo tanto, la dependencia, sí o sí era del cielo. No obstante esa situación, siendo aún soltero, viajó por el norte del país, recorriendo, en compañía de otros siervos, las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, La Rioja, Tucumán, Salta y Jujuy. Luego, de casado, con familia y asentado en Bell Ville, ciudad cordobesa, donde en 1913 plantó la primera carpa evangélica, sirvió del mismo modo; aunque con casa ya establecida, pudo, para el sustento familiar, contar con huerta y aves de corral, con lo que podía paliar situaciones que, sin llegar a ser de extrema necesidad, bordeaban ese estado.
Su trabajo como misionero y pastor no se limitó sólo a su ciudad, visitó y plantó Iglesias en distintas localidades, obras que, aún, salvo excepciones, permanecen. Su deseo de hacer conocer el mensaje de salvación, lo llevó a recorrer por cada camino que salía de Bell Ville y en una distancia de 10 leguas, chacras, estancias, etc. que se encontraban a la vera de esas rutas.
Visitador consecuente, siempre contó con la valiosa compañía de su esposa, doña Emilia. Hospitalario, su casa siempre estuvo abierta para quien lo necesitara, lo mismo que el púlpito de su Iglesia albergó a quienes de paso lo visitaban. Dentro de lo fundamental de la Palabra compartió con hermanos de otras denominaciones momentos de alabanza y adoración.
Si bien es cierto que nunca pretendió ser un gran maestro, supo enseñar y lo hizo muy bien. Las pruebas están aún a la vista. Evidentemente, su vocación, el don que recibió de lo Alto, fue, no hay dudas, la evangelización. Mensaje sencillo pero convincente, penetrante. Tuvo la rara habilidad de insertar a tiempo y acertadamente la precisa ilustración que, como ventana abierta, hacía penetrar la luz necesaria para hacer más claros los pensamientos; tal es así, que muchos aún lo recuerdan por esa actitud.
Decíamos que era un hombre de fe, y quiero terminar esta semblanza con un episodio que lo demuestra. Una tarde recibió en su casa la visita de un oficial de la Policía Federal que, con mucha cautela, venía para averiguar de quién o de dónde recibía fondos para su sustento – se pensaba que de Estados Unidos, o Inglaterra, u otro lugar -; explicó don Nicolás que vivían por fe, y que el Señor era el que, en su amor, se los proveía. Buscó en su escritorio y le mostró al oficial un cheque que, justamente esa mañana, había recibido de Tokio (Japón), agregando que no conocía al remitente y no sabía cómo ese señor sabía de él. El oficial pidió perdón y se retiró.
Gracias a Dios por hombres como don Nicolás Doorn.
Bell Ville, enero de 1992
Jorge E. Krämer
Es desafiante la vida de estos hombres de Dios. La vida de muchos misioneros como la de don Nicolás Doorn me han hecho derramar lágrimas, pues por la situación que vivimos actualmente ¿qué nos hace falta a nosotros los cristianos del siglo XXI que vivimos quejándonos cada día de que nos hace falta esto o lo otro? Gracias Señor por la vida de esos hijos tuyos que nos enseñan cómo depender de Tí. Dejaron su vida en nuestros países con tal de que nosotros conociéramos la verdad del evangelio. Bendiciones hermanos…
Gracias Señor: Por esta alma. Enseñame a vivir por Fe. En el Precioso Nombre de Jesús. Amén y Amén.
Este modo de vivir por fe deberìan imitar y hacer muchos «hombres de Dios «,que para comprometerse en un misiòn, esperan sea garantizada su permanencia en la localidad o pueblo a donde deben ir con casa, con sustento y aùn con un sueldo. Realmente no son verdadero siervos de Dios y es una verguenza y un dolor verles respaldados por algunas congreagaciones o denominaciones , que en vez de contribuir a la salvaciòn de los perdidos se apresuran a enviarlos màs pronto a la condenaciuòn , pues no hacen conformae a lo que ensenan. Oremos para que esto cese. Por amor a nuestro Salvador.
Me bendice la historia de heroes de la fe como él, que nos retan a servir al Señor y creer que la provisión para hacer la obra, siempre ha estado y estara porque Dios es fiel y cada verdadero cristiano se distingue por vivir una vida dependiendo absolutamente de su Padre Celestial.
GRACIAS DIOS POR ESCOGER A ESTOS HOMBRES TAN USADOS POR TI Y QUE HACEN VIVA TU PALABRA, Y QUE VIVEN CONFORME A TU
VOLUNTAD DANDO TESTIMONIO A OTROS QUE SI SE PUEDE HACER LO QUE TU NOS MANDAS….
TUS MISTERIOS, TUS DESEOS, TUS PENSAMIEN-
TOS, Y TUS BENDICIONES SON PARA QUIEN TU
QUIERES DARSELOS, PERO TODOS LOS HERMA-
NOS EN CRISTO QUE LO ANHELAMOS, TE IMPLO-
RAMOS QUE POR TU PURA MISERICORDIA NOS DES A CADA UNO….YO EN LO PERSONAL ESPERO
TU VENIDA SEÑOR JESUS AMANDOTE SIEMPRES
POR MI VIDA ETERNA, POR TU MUERTE AMEN….
Gracias Señor por que tu llamas, y provees conforme a tus riquezas en gloria
padre santo, dios mio aumenta mi fe como la de nicolas doorn destruye toda duda y toda mentira del diablo en el nombre poderoso de tu hijo jesus AMEN.
hay predicas cristianas de gran impacto que nos ayudan en distintas situaciones de la vida, o en momentos específicos que necesitamos de consejo. Es muy conocido por ejemplo cash luna
Dioy gracias al Señor por hombres así. ellos han sembrado para que nosotros cosechemos y comamos sus frutos. Ellos sirven las mesas para que nosotros disfrutemos como comensales. No tenemos idea de sus sacrificios y sufrimientos que nunca los comunicaron a hombre alguno sino al Señor