Por el Director
* Es bastante común oír pedir el poder del Espíritu Santo. Lo entendemos. Pero una importantísima labor es hablarnos de
Jesucristo, dar testimonio de su Persona y revelarnos su
voluntad. Por lo tanto nuestra mayor preocupación debiera ser
conocer y amar al Señor, y amoldar nuestra vida a la suya. Ese es
el camino ideal para que el poder de su Espíritu fluya en
nosotros.
* Es voluntad de Dios que los creyentes seamos «hechos a la
imagen de su Hijo» (Ro.8:29). Esta es la meta a que debemos
aspirar los hijos de Dios. Debemos desarrollarnos espiritualmente
hasta formar el carácter moral y espiritual del Señor Jesucristo
(Gá.4:19). El fruto del Espíritu (Gá.5:22) conforma el retrato
moral de Jesús, en quién nos vamos perfeccionando a medida que
crecemos en actitud de sumisión al Espíritu Santo.
* No faltan iglesias que hacen febriles esfuerzos para que sus
congregaciones crezcan en número, y realizan campañas
evangelísticas donde los menores detalles se cuidan para lograr
los mejores resultados, pero se omite atender el carácter moral y
espiritual de la membresía. Como consecuencia se escucha mucho
ruido y falta el poder. El Espíritu Santo está contristado y no
puede obrar.¡Cuán fácilmente olvidamos que el poder del Espíritu
Santo es mayor que todas las organizaciones y todos los programas!
* Una función principalísima que nos compete como creyentes y
como iglesia es ser testigos de Jesucristo. Debemos recordar
siempre que la venida del Espíritu Santo estuvo relacionada
íntimamente con la Gran Comisión de ser testigos en el mundo
(Lc.24:47®49).
* Hay creyentes que desean la santidad pero únicamente para el alma y el espíritu. Olvidan que el cuerpo y todo su sistema
nervioso, las manos, los pies, los oídos, los ojos, la boca,
etc., están llamados a testificar vivamente de la presencia y la
gracia de Dios en ellos. Estos creyentes no han dado la debida
importancia a lo que dice la Palabra: «Vuestros cuerpos son
miembros de Cristo» (1 Co.6:15); «El mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo» (1 Ts.5:23).
* Decíamos en el primer número de COMPROMISO Cristiano «es hora
de levantarnos del sueño; de entregar definitivamente nuestras
vidas para que el Espíritu de Dios las amolde a su designio…Es
hora ya de renovar nuestra oración pidiendo fervientemente a Dios
que destruya nuestra autosuficiencia y nos despierte real
ansiedad por ver en nuestra Iglesia las maravillosas operaciones
del Espíritu.
Los artículos de «COMPROMISO Cristiano» pueden ser reproducidos, con la expresa condición de que aparezcan íntegramente, con el nombre del autor, citando el origen y enviándonos un ejemplar de la publicación.
Gracias por este correo que creo que me servira para darlo a conocer en mi congregación que Dios los bendiga ysigan adelante espero que me manden más para edificar al pueblo de Dios. hasta pronto. Sonia
MARÍA SONIA, QUE BUENO QUE ENCUENTRES EN ESTA PÁGINA ALIMENTO ESPIRITUAL Y QUE SIENTAS COMPARTIRLO CON TU CONGREGACIÓN. SEGUIREMOS SUBIENDO MATERIAL ABARCANDO DIVERSAS TEMÁTICAS QUE NOS ATAÑEN COMO CRISTIANOS Y PERSONAS QUE VIVEN, TRABAJAN Y SE EMOCIONAN DÍA A DÍA EN HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.
gracias por los mensajes que asta ahora me an envido son muy bonitos y llenan de una inmensa paz mi alma les pido que porfabor lo sigan asiendo que el señor les bendiga