por CARLOS PEIRONE
"El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse."
(Mateo 24.35)
ALGUNOS de los que conocieron a Jesús dijeron admirados que el Nazareno no hablaba como los fariseos y maestros de la ley, sino como quien tiene autoridad (Mateo 7.28).
No sabemos cómo habrá sido el tono de su voz, ni la firmeza de su mirada, como tampoco los gestos que habrá utilizado al hablar; sólo tenemos registradas las palabras que pronunció, y quienes las escucharon (transmisión oral), las transcribieron luego.
¿Qué habrá sido lo que impactó tanto a estas personas como para decir semejante cosa? Considero que vieron en Jesús a alguien distinto, que no era parecido ni a los fariseos (religiosos por excelencia), ni a los maestros de la ley (intelectuales de la época).
¿Habrá impactado su oratoria, su capacidad para contradecir y convencer a cualquier adversario, al estilo de los filósofos griegos? ¿Qué habrá sido en realidad lo que Jesús transmitía? No creo que su persona haya comunicado religiosidad, al menos en los términos en que se la consideraba en esos tiempos; por el contrario, mostraba una falta de ésta que molestaba a los fariseos, no cumpliendo con los ritos establecidos o destruyéndolos en algunos casos.
Tampoco era intelectual, no conocemos que haya estudiado o escrito algún libro o carta, como sus discípulos; era apenas un carpintero, de un pueblo de mala fama como Nazaret. Entonces tampoco debe haber poseído esa capacidad de hablar mucho que tenían los filósofos, o de expresarse excelentemente y de convencer manejando las palabras.
Dice W. Barclay que "Jesús enseñaba con autoridad personal. Ningún escriba se atrevía a pronunciar un fallo personal. Cuando hablaba, lo hacía como si no le fuera necesario apoyarse en autoridad alguna, como si la suya fuera más que suficiente; como una independencia total. No citaba a maestros ni mencionaba expertos" (como lo estoy haciendo yo ahora).
"Hablaba con la autoridad de la voz de Dios. Jesús era una perfecta antítesis del modo de enseñar de los escribas, con sus innumerables citas y cansadoras referencias. Resonaba la nota de la autoridad personal, y es esta autoridad la que es capaz de capturar la atención de cualquier ser humano".
Jesucristo hablaba con autoridad. Con toda la autoridad que le daba el ser Hijo de Dios hecho hombre, igual a nosotros pero sin pecado. Era santo, sin mancha, podía señalar y criticar los males de su tiempo y la maldad de los hombres, sin temor a que le señalasen a él cosa alguna. Conocía a todos, conocía el interior del hombre, sus intenciones ocultas como para responderle a cada cual según lo interpelara. Fué consecuente con lo que dijo, obró según sus palabras, mostró con su vida y con sus hechos lo que estaba predicando. Y todo eso da autoridad.
Tanta, como para que hoy sus palabras sigan vigentes señalando los males de nuestro tiempo y la perversidad de nuestro hombre, llamando al arrepentimiento y a la oportunidad de empezar de nuevo. Tanta, como para ser creído en nuestro días y transformar vidas que humanamente no podríamos cambiar.
Es mi deseo que como hijos de Dios, como santos que estamos llamados a ser, podamos vivir nuestra vida siendo fieles a la tarea que nos encomendó el Señor (Lucas 19.17), y consecuentes con el evangelio. Que nuestras palabras reflejen nuestros hechos, que obremos según lo que decimos creer y así tener una pizca de la autoridad que tuvo Jesucristo. Que podamos decir nuestras palabras con toda autoridad (Tito 2.15), no como la conciben los reyes, sino "como el más joven", "como el que sirve" (Lucas 22.26), con la autoridad que viene de Jesucristo, Dios mismo. Y que puedan decir de nosotros como dijeron de Pedro: "tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre". Amen.
TENEMOS QUE IMITAR LA AUTORIDAD TAN PERFECTA DE DIOS. CUANDO LE FALLO AL SEÑOR SIENTO QUE EL MUNDO SE ME CAE ENCIMA DE LA VERGUENZA. LE PIDO A DIOS QUE ME LEVANTE DE NUEVO PARA APRENDER A SER MENOS PECADORA.SEÑOR AYUDANOS A SER FIELES A TU PALABRA.
Esa tarea de limpieza de pensamientos y de lenguaje lo debemos practicar todos los días es difícil pero no imposible .Por eso debemos vivir en gracia para que nuestras palabras lleven el acento conmovedor de Dios. y penetren en el corazón de los hermanos que viven en la oscuridad.
esa autoridad nos a legado a nosotros el señor no debemos sentirnos menos pero como desia esta reflexion nuestras palabras deben de ir con nuestros hechos que dios nos de la gracia las fuerza y la sabiduria para poder hablar a todas las personas