Debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. 1 Juan 4.7
«Un Dios que es amor ha de ser un Dios revolucionario que supera todos los sistemas de pensamiento, agita todo orden establecido y rompe los círculos viciosos». Phil Bosmans (El derecho al amor)
El tema del amor ha sido manipulada por psicólogos, filósofos y escritores en todo el planeta. He leído diversas posturas, algunas de ellas son una suma de palabras sin hechos prácticos.
Con los años aprendí a valorar decisiones y acciones que antes las guardaba en el arcón de los recuerdos.
Quiero decirles que las primeras lecciones de amor hacia los semejantes las aprendí de mi madre. De niña viví en el campo, había peones, la mayoría comían en la casa y algunos dormían en los galpones. Eran trabajadores rudos, con poca o ninguna instrucción, con problemas de salud, de familia. Mamá era incansable, los atendía como a verdaderos seres humanos, les curaba las heridas, charlaba con sus numerosos niños y como además tenía el don del buen humor, hacía saltar de esos rostros duros la mejor sonrisa. Ella marcó con esos actos de entrega mi niñez.
Pasaron los años y mamá murió. Me extrañó ver cómo venían a saludarme aquellos mismos hombres que ella amó, por eso aún, «es recordada por obras de amor».
Si cada cristiano hiciera un compromiso de amor hacia los otros, el mundo sería diferente. Es que tememos comprometernos, porque es más cómodo amar de a ratos.
¡Cómo nos cuesta amar! Y parecería algo lógico y natural, pero somos tan individualistas, que no aceptamos al otro porque tiene mal olor, o porque huele a pobre, o a enfermo, o a rico, o a mentiroso.
«El amor» dice Erich Fromm (El arte de amar): «es la única respuesta sana y satisfactoria al problema de la existencia humana. Sin embargo, la mayoría somos incapaces -continúa el autor-, de desarrollar nuestras capacidades para el amor en el único plano que realmente cuenta: un amor compuesto de madurez, conocimiento de sí mismo y coraje. Aprender a amar, como otras artes, exige práctica y consagración».
Como cristianos sabemos que amar en serio, sin fingir, los siete días de la semana, sin hacer diferencias de hombres y nombres es una ardua empresa.
Pero la palabra de Dios es la que reclama esto nosotros. Dios lo clarificó dando a Jesús por nosotros. El sólo espera que nos movilicemos y lo hagamos.
Phil Bosmans, sacerdote católico, contemporáneo dice: «El amor hace posible lo imposible. El amor, sólo el amor hace que los hombres no acabados crezcan juntos y formen una comunidad. Sólo en el amor se pueden soportar mutuamente los hombres».
Dejemos de buscar bibliografía sobre el tema. Empecemos a vivir el sencillo mensaje del evangelio, para el cual no se necesita ser erudito. Escojamos el camino del amor. Hay un mundo afuera que reclama nuestro amor. No eludamos amar y seamos sensibles para quienes nos rodean.
Las palabras de 1 Juan 4.16 tienen vigencia y no necesitamos ser teólogos para comprenderlas y practicarlas: «Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en él».
Pongamos el corazón en lo que hagamos y toda tarea será humanizada. No es fácil, pero tratemos. El perfeccionará nuestra labor.
Nelly Mercadal de Canavoso
Las citas bíblicas son de la versión Dios Habla Hoy.
Muy interesante tema, nos presenta un concepto del amor tal cual es.