Por el DIRECTOR
* Varios de los autores, han destacado en sus artículos, el
paralelo que hay entre la madurez del creyente, y el proceso que
observamos en los animales en general, en los hombres y en los
frutos de las plantas. El paralelo esta en que se trata de un
proceso hacia una meta.
* Pero hay una diferencia, en el hecho de que la madurez
cristiana es un proceso a cuya meta nunca llegaremos en esta
vida. Esta meta es llegar a ser como Cristo. Vamos madurando, en
la medida en que la imagen del señor crece en nosotros, pero
fácilmente comprendemos que jamás podríamos llegar a ser
exactamente como él es.
* Sin embargo, es una meta que alcanzaremos cuando el Señor
vuelva a buscarnos. "Sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3.2).
Tendremos como él, un cuerpo de resurrección, incorruptible,
glorioso, eterno, la esencia de esta nueva naturaleza
simplemente escapa a nuestra comprensión.
* Cuando Pablo está tratando sobre su aspiración de conocer a
Cristo, para llegar a ser semejante a él (Filipenses 3) reconoce
que él no lo ha alcanzado, pero prosigue en su propósito de asir
ese objetivo, tanto como le fuera posible en el curso de la vida.
Pertenece al reino de Dios, pero aún está sujeto a un mundo
dominado por el diablo. Madurar, tanto aquí en los versículos 17-19
como Romanos 8, es aprender a considerar el Reino de Dios
como lo primordial, y a lo terrenal, como lo superfluo. A quienes
"solamente piensan en lo terrenal", los llama "enemigos de la
cruz de Cristo" (v.18-19).
* Concluye el capítulo: "Más nuestra ciudadanía esta en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de su gloria, por el
que sea semejante al cuerpo de su gloria, por el poder con el
cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" (Fil.3:20¬21).
* Lo que si parece desprenderse de algunas escrituras, es que de
alguna manera habrá en la meta que alcanzaremos cuando lleguemos
a "la nueva tierra", diferencias que estarán en relación con el
desarrollo que habremos logrado en el proceso de madurez, es
decir con el grado de semejanza con Cristo, aquí en la tierra.
Resulta imposible predecir en qué consistirán las diferencias, ya
que todos los que somos del Señor, cuando él venga a buscarnos,
seremos semejantes a él. ¿Podría ser diferente estatura? o…pero
no especulemos porque de nada valdrá. Lo que seguramente sabemos
es que estaremos "ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o malo" (2 Co.5:10).
* Oramos para que la lectura de este número COMPROMISO Cristiano
resulte en un vivo estímulo en muchos hijos de Dios, de manera
que consideremos con toda seriedad el desafío que representa para
cada uno de nosotros lograr en nuestras vidas un firme proceso
que nos conduzca hacia un mayor grado de madurez. Recordemos que
no se trata de un opción que podríamos aceptar o ignorar, sino de
un imperativo terminante al que nos enfrentamos al leer en la
Palabra de Dios, lo que el Señor espera de nosotros.
Este tema de la madurez lo compartí con mis hermanos de la iglesia y este es un refuerzo para seguir hablando sobre esa madurez que todo cristiano seguirá luchando poe ella en esta vida.
gracias hermano que Dios lo bendiga
GRACIAS por brindarme la oportunidad de estar aqui y leer,escuchar y ver todo a cerca de nuestro padre celestial DIOS
son lo mejor
los quiero DIOS los bendiga
Una reflexion muy interesante y de bendicion. Comprender que el proceso de madurar nunca termina pero que con la gracia de Dios, ningún dia es perdido. Creo que Fil. 3:20,21 nos ayuda a mantener la perspectiva correcta. Uno de los primeros versiculos que aprendi de memoria cuando me convertí…gracias a esa iglesia local que enfatizaba la importancia de aprender textos de memoria. Y QUE IMPORTANTES QUE LLEGARON A SER! Es parte de nuestro crecimiento. Como lo son algunos articulos de bendicion que leemos aqui. Bendiciones y adelante!