Lima. Perú. (ALC). La experiencia evangélica está redefiniendo el mapa socio‑cultural en el mundo urbano convirtiéndose en un verdadero espacio de negociaciones interculturales. En dicho espacio lo sagrado se ha revestido de otros elementos, que están produciendo nuevas significaciones simbólicas en la ritualidad de los fieles.
Esta es una de las conclusiones de la investigación sobre estrategias comunicacionales de las iglesias evangélicas en Lima, realizada por Rolando Pérez, coordinador del área de capacitación en Pastoral de la Comunicación del Centro Cristiano de Promoción y Servicios (CEPS) e investigador de la Universidad de Lima.
El destacado comunicador afirma que la aparición pública y el crecimiento de los grupos evangélicos ha traído consigo en los últimos años la presencia de una fuerte corriente carismática tanto en su liturgia como en sus mensajes: fenómeno que está también permeando a algunos grupos católicos.
…Los cultos solemnes, los predicadores circunspectos han quedado atrás para dar lugar a un pastor‑animador, a la palabra estridente de los conductores del culto, a los aplausos y los cantos entonados con ritmos modernos. Incluso los tradicionales himnarios y los libros de coros han sido reemplazados por el retro‑proyector que coloca en una pantalla ampliada el texto de los himnos y coros cantados por la congregación.
Para el estudioso esta “puesta en escena” no debe verse simplemente como una reproducción mecánica de la cultura de la masividad al rito religioso, sino también como un elemento de cohesión social y “un espacio de reconocimiento” simbólico, que hace que la gente se mire y se muestre ante los demás afirmando su sentido de pertenencia a la comunidad eclesiástica.
…Observa asimismo que la himnología de las iglesias evangélicas ha sufrido un cambio muy interesante, pues los himnos tradicionales han sido reemplazados por composiciones musicales mucho mas rítmicas en versiones de rock, balada o géneros populares; fenómeno que se conoce como “renovación en la alabanza”.
Este fenómeno, según refiere Pérez, nos habla de “una nueva forma de socialidad” presente en las iglesias evangélicas, en tanto que la experiencia religiosa se convierte hoy en una puerta de entrada a la socialización urbana, particularmente para los sectores migrantes que se integran a las iglesias.
“El hecho de que las iglesias experimentan un marcado crecimiento en sectores en donde la presencia de migrantes es mayoritaria, nos permite observar el modo como lo religioso se convierte en nuestro tiempo en un espacio social de encuentro, no sólo con el mundo tradicional sino también con la cultura de lo urbano y moderno”, precisa el estudioso.
…La investigación efectuada lleva finalmente a Pérez a descubrir en los grupos religiosos evangélicos una nueva cultura de lo religioso, construida y expresada a partir de la necesidad que tiene la gente de satisfacer aquellos deseos de reconocimiento social, de construcción de nuevas afectividades, de actualización de sus ritos, así como de afirmación de los lazos de pertenencia comunitaria en medio de la fragmentación social de estos tiempos modernos.