Carlos Hernández
Lo interior es del orden del corazón, de lo íntimo y de lo propio. El corazón en la Biblia tiene que ver con nuestra relación con Dios. Él “prueba el corazón”, “transforma el corazón de piedra en un corazón de carne”, “la circuncisión verdadera es la del corazón”.
Nuestro yo defensivo no puede manipular el corazón; éste impone y funda un ritmo propio, genera una ansiedad que tenemos que atender. El “corazón arde” cuando siente la presencia de Jesús. El corazón custodia los pactos que hacemos con Dios, con nuestro prójimo y con nosotros mismos.
Luego, cura interior tiene que ver con un conjunto de operaciones que recupera la escucha del corazón. Es volver a orientarnos, no ya más defensivo (justificándonos), sino que el yo comienza a guiarse por el corazón, por aquello que se mueve a partir del amor del Padre por su hijo o del Esposo por su esposa.
La cura interior rechaza toda magia, toda pretensión autoritaria, toda manipulación técnica. La cura interior nada tiene que ver con fórmulas, imposiciones o regulaciones arbitrarias.
La cura interior ocurre en la intimidad de la persona, siempre próxima al misterio, es decir a lo particular, único. La cura interior es un “acontecer”; es aquello que crea un espacio para que surja lo nuevo, lo espontáneo de la vida. Y la vida del corazón es aquello que despierta en nosotros la “realidad” que no es otra cosa que permanecer a la Vida, estar en la Presencia de Jesús.
La vida del corazón restablecida como origen de lo psicológico, es decir el proceso de cura interior, requiere de “actitudes decididas”. Una de ellas es la capacidad de permanecer en silencio, quietos (Isaías 30:15), afirmados en el amor gracioso de Dios. Es en este silencioso oir nuestro corazón que se originan nuestras palabras, iniciativas y decisiones.
Un corazón saludable es un corazón que nos acompaña que “sostiene nuestro andar” que permanentemente nos cuenta que no estamos solos. En síntesis, el corazón se alimenta en la Presencia de Jesucristo.
El corazón es por excelencia el órgano de la conexión. Cuando se alteran sus conexiones, ya sean las internas o las que lo ligan a lo externo, se produce la arritmia. La alteración del ritmo (la arritmia) no es solo del corazón, sino es una disfunción cósmica.
La persona siente como el salmista un malestar interior, pero también tropieza en el mundo y se desencuentra con el otro. A todos estos síntomas perturbadores se agrega que imagina un Dios que lo abandona.
El encuentro con la Presencia de Jesucristo es el más fabuloso acontecimiento que al hombre le puede ocurrir. En este encuentro el corazón restablece su conexión con la Vida. El nódulo sinusal (el que marca el ritmo del corazón) recibe los impulsos del amor de Dios.
En la afinación de los ritmos del corazón (la cura interior) el mayor maestro fue Juan. Lo que nos cuenta lo vivió estando cerca del corazón (“recostado sobre su pecho”) de Jesús.
Eso lo descubrimos cuando dejamos que sea nuestro Señor Jesus CRISTO el que reine en nuestro corazon,lo sentimos en nuestras encuentro con El cada dia por medio de las oraciones,cuando estamos molestos, y no le damos paso a la ira,yo le doy gracias a mi DIOS porque EL transformo mi corazon, gracias Jesus, me diste un corazon nuevo,que Dios te bendiga
lo que hay en lo profundo del corazon, es lo que genera nuestra accion. Si Cristo esta bien instalado en nuestro corazon, venga lo que venga tomaremos las mejores decisiones.
hay nos damos de cuenta que todo esta en dejar que ese corazón hable a nuestra vida cuando menos creemos que el esta hablando solo el silencio de la intimida puede escucharlo
no entiendo eso de disfuncion cósmica ¡solo digo en verdad Cristo ha cambiado mi corazón ,las taquicardias generadas por la ira,por el resentimiento que habitaba en mi corazón no existe mas, es maravilloso,que haya encontrado el verdadero amor de Dios en mi vida.
Gracias por sus reflexiones.Que Dios nuestro Señor le bendiga y guarde todos los días de su vida
Nuestro Padre celestial es el verdadero latir en nuestras vidas. debmos cuidar para que ese corazon de piedra, que fue transformado permaneza siempre blando, dispuesto a sentir su llamado.
ABBA PADRE YAVE ES EL UNICO QUE CONOSE TODA LA PROFUNDIDAD DEL CORAZON HUMANO DEJEMOS QUE A TRAVES DE SU SANTO ESPIRITU LO CAMBIE EN UN CORAZON CONFORME A SU CORAZON PARA HASER TODO LO EL QUIERE ALELUYA
Cuando mie amado Jesus vino a mi vida me diò un nuevo corazòn, y a medida de nuestra intimidad con èl, nos estarà renovando nuestro corazòn, el mismo salmista le decìa escudriña mis pensamientos y mi corazòn y si estaba mal enderezarà su caminar (parrafaceando), todo esta en nuestra disposiciòn de ser humildes y mansos, el nos perfeccionarà, porque el anda buscando verdaderos adoradores que le adoren en espìritu y en verdad, no de labios sino de corazon