por CABALLERO YOCCOU
Es imposible hablar de discípulos sin pensar primero en un maestro. Tanto en castellano como en el original del Nuevo Testamento, discípulo es alguien que aprende lo que se le enseña por medio de un modelo.
La raíz "math", con la que se denomina en los evangelios al que aprende indica además actividad o trabajo. Vale decir que, el seguir la enseñanza de alguien implica asumir un grado de responsabilidad. Esta, está en directa relación con el grado de compromiso que asumamos en la relación maestro-discípulo. Pero ¿cómo deben ser los dirigentes o maestros? Como lo señala el texto:
La Función del Maestro
Son esencialmente los ancianos de las iglesias, quienes tienen en la actualidad, la tarea directriz de los cristianos. El término castellano "presidir" (Ro.12:8), "gobernar" (1 Ti.3:4,12;
1 Ti.5:17) es una traducción del griego "proistemi", de modo que la enseñanza que tan seriamente debemos trasladar al alumno, debe necesariamente encarnarse en el profesor.
El discípulo, entonces, no está siguiendo didáctica sin referencia, sino por el contrario, como el padre que gobierna bajo el amparo de la imagen que proyecta sobre los suyos, debe tener puntos referenciales a los cuales atenerse en su aprendizaje. Ciertamente, la aplicación del término en Ap.2:27 "El las regirá con vara de hierro…", cobra otro sentido si integramos al "rigor", la conducta intachable del gobernante.
Pero "proistemi" está muy relacionado con otros, entre los que se destaca: "hegeomai" que significa "abrir el camino", o simplemente "guiar". De las varias menciones, es muy posible que las de Hebreos 13:7,17,24 sean las más significativas. En las tres la traducción castellana es "pastor". "Acordaos de vuestros pastores…", "Obedeced a vuestros pastores…", "Saludad a vuestros pastores…".
La función específica del pastor es ir adelante de sus ovejas, es además, proveer una adecuada alimentación y apacentamiento. Estas dos funciones se expresan mejor con "poimaino" (cumplir las funciones de cuidar, alimentar, dirigir el rebaño). El vocablo cubre funciones materiales como en Mt.9:36: "Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor", o también funciones espirituales como en todos los casos en que se refiere a guías espirituales.
En 1 Co.9:7 se la utiliza "apacentar el rebaño".
Poco podemos entender el significado de un verdadero discípulo, si no hemos podido adentrar en la mente de los creyentes estas características cumbres de las enseñanzas y del sentido primordial del pastor, guía o maestro.
Las Características del Discípulo
Es natural que recurramos a los evangelios para hallar la guía hacia este tema. En el llamado a los primeros colaboradores mencionado en Marcos 1:16-20, se descubre la primera gran aptitud que debe mostrar el discípulo: obediencia. Dice el texto: "Dejando luego las redes le siguieron", y más luego "dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron". En Mt.9:10-13 leemos que "muchos publicanos y pecadores se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos".
El acto de por sí era urticante para los fariseos, y con seguridad lo fue aún más con la explicación que el Maestro ofreció: "Misericordia quiero y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento". Otra hermosa lección para los discípulos: misericordia. Pasando a Mr.3:13-14 leemos: "Y estableció a doce para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar…".
Poca lección queda bien grabada si no está acompañada de una profunda comunión con el Señor. El maestro debe ocupar un lugar de privilegio en la conducta del discípulo. Antes de salir a trabajar es necesario la comunión, donde se completarán las exigencias (Mat.5:1-2) y la experiencia (Lc.8:22-25) que desembocarán finalmente en la demanda de responsabilidad: "Dadles vosotros de comer" (Mr.6:32-34).
LAS EVIDENCIAS DEL DISCIPULO
Podríamos fácilmente destacar una docena, pero para nuestro caso, nos remitiremos a las siguientes:
Humildad frente a la adversidad
Dice en Mt.10:24-25: "El discípulo no es más que su Maestro, ni el siervo es más que su Señor". Bástele al discípulo ser como su Maestro y al siervo como su Señor. Si al padre de familia lo llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?
Beelzebú era el dios de Ecrón (2 R.1:2) "el dios de las moscas", que protegía esa plaga maligna o quizás Beelzebú (dios de la inmundicia). El Señor rechazó el insulto y dijo que era el "padre de familia" o el Señor de la casa.
El discípulo, tiene que aprender a ser humilde siguiendo las pisadas del Maestro y soportar la oposición como él lo hizo.
Abandono completo del mundo
"Si fuérais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece" (Jn.15:19-20). Es imposible servir a dos señores y seguir a dos maestros. Es inaceptable aprender de Cristo y servir a otros, así como no puede haber práctica mundana como resultado de vida discipulada por nuestro Salvador.
Fidelidad incondicional al llamado
En Lc.14:27 leemos esta cláusula lapidaria: "El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo".
Esta condición ya fue abordada por el mismo Señor anteriormente cuando dijo: "El que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su Gloria, y en la gloria del Padre y de sus santos ángeles" (Lc.9:26). La tarea no es fácil ni sencilla.
Ciertamente incluye una fuerte dosis de amor por él:
"El que ama… más que a mí, no es digno de mí" (Mt.10:37) y una negación terminante de la vida. ¿Cómo puede entenderse el correcto sentido de: "niéguese a sí mismo" (Mt.16:24) sin un amor serio, arraigado y sincero en Cristo? De ningún modo.
Fruto permanente para Dios
"En esto es glorificado mi padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Jn.15:8). "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis mucho fruto y vuestro fruto permanezca…" (Jn.15:16)
No se comprende el discípulo bíblico fuera del contexto bíblico.
¿Cuál es ese contexto? (1) Humildad permanente, (2) Abandono completo, (3) Fidelidad incondicional.
¿Es así nuestro discipulado?
TODO LO QUE AGAS HASLO CON AMOR COMO PARA EL SEÑOR,Y EN ESTO SI QUE ES IMPORTANTE GRASIAS POR ESTA PALABRA,DIOS LESDE CADA DIA MAS CONOSIMIENTO.
fuertes palabras, que sin lugar a dudas, estan en lo cierto, y me averwenzo de ser el «discipulo» que estaba siendo … aun es tiempo de dar vuelta la página y volver a empezar como Dios quiere.
Gracias Hermanos 🙂
todo lo que se dice aki esta bien, y es todo los que el señor me estava enseñando, no soy un hombre que lea mucho la biblia, pero si soy un hombre que quiere ser cada día mejor delante de mi SEÑOR,
soy un hombre que quiere ser cada día de un olor mas grato delente de el. Aunque no soy un buen lector de la biblia, puedo decir que el SEÑOR, ya avia puesto casi todo aquello que ustedes han escrito, y se que el me arrevató del mundo, y le agradezco este pribiblegio, de ser parte de su iglesia, ya que me despierto cada y ya no me sineto solo como me sentia antes que
el viniera a mi, y por eso siempre voy a estar agradecido.
que el SEÑOR los bendiga mucho y sigan asi, con estos temas tan interesantes.
😀 😀 😀 😀 😀 😀