Nuestro entrevistado es conocido ya por los lectores de CC por haber colaborado en varias ocasiones en la revista. Sidney Rooy es doctor en Teología, y junto a su esposa Mae, han hecho del servicio a Dios y al prójimo un estilo de vida. Sidney es pastor de las Iglesias Reformadas en la Argentina, profesor en ISEDET de Historia de la Iglesia. Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Teológicos Interdisciplinarios (C.E.T.I.) y de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Padre de tres hijos, y varias veces abuelo. Autor de numerosos artículos en revistas, colaboró en varios libros, como «Los pobres» y «Dejen a mi pueblo vivir» (próximo a aparecer).
SENTIR Y ACTUAR COMO JESUS
Entrevistado por Ricardo A. Zandrino
Sidney, ¿podrías explicarnos qué entiendes por «hombre nuevo»?
Entiendo que la obra de Dios no sólo actúa en la historia de la humanidad por medio de su Espíritu, sino también en personas, inspirando y capacitando para responder en forma viva al mensaje del Evangelio. Es también la obra de Dios en forma orgánica, dinámica y misteriosa en que invita y persuade al hombre a responder en un acto de fe a su propuesta.
Cuando nos referimos al hombre nuevo, pensamos en el nuevo nacimiento, y esto me lleva a hacer una aclaración sobre el tema de la conversión, la que entiendo no meramente como una propuesta salvífica que realizó Dios en Cristo, esperando que el hombre haga su parte, sino mas bien como la propuesta de Dios y la respuesta humana que van entrelazadas por su Espíritu, forman una unidad. Como expresa aquel himno cuya primera estrofa dice:
«yo te busqué Señor, más descubrí
que tú impulsabas mi alma en ese afán
que no era yo quien te encontraba a ti;
Tú me encontraste a mí.»
Avanzando un poco más en el tema, ¿qué significa «tener la mente de Cristo», como lo expresa el apóstol Pablo?
Sentir y actuar en la forma en que Jesús mismo sintió y actuó. No en el sentido exclusivo de ver a Jesús como un héroe de la historia, como puede ser Lutero o San Agustín o algún mártir, aunque hay cierta analogía por aquello que dijo San Pablo de «sed imitadores de mí…», pero en el caso de Jesús, se trata de ser su discípulo de tal forma que mi modo de actuar sea el de Jesús, tal como lo expresa el capítulo 25 de San Mateo.
La mente de Cristo es una forma de ser y actuar, una capacitación para responder a un desafío personal, en una situación histórica concreta, para que impulsados por el mismo amor con el que Cristo se encarnó en la realidad humana, nosotros también nos encarnemos en la nuestra. Esto también implica encarnarnos permanentemente en nuevas realidades.
¿Y esto, que significa en la práctica? Cuando digo «encarnarse» me refiero a que el hombre nuevo está capacitado por el nuevo nacimiento, a tener el poder del Espíritu y la fe para responder a distintos niveles, al desafío que la vida y Cristo nos presentan.
Significa actuar en la familia, en el trabajo y en todos los niveles donde nos toca desarrollar nuestra actividad. Hay dos características que surgen del actuar cristiano en el diario vivir: primero, revela quién soy y segundo tiene efecto en los demás, produce cambios.
No se trata tanto de que «debe» producir cambios, sino que realmente los produce.
Sí, y los produce a tres niveles: el primero es el más cercano, de persona a persona. El segundo a nivel cívico, político, gremial. El tercero como trabajo comunitario siendo miembro de la iglesia, como persona corporativa. Por ejemplo en un barrio carenciado, y actuando por obra y por palabra, ambas cosas juntas, como una forma de ser.
¿Y qué es el evangelio?
Muchas veces se lo entiende como comunicación de la Palabra, pero yo me pregunto: ¿qué aspecto de la Palabra? Entiendo que no se debe privilegiar una sola forma. Jesús dio vista a los ciegos, reprochó por el legalismo e invitó a una comprensión más auténtica y amorosa de la vida. Debemos entender la misión, consecuentemente, de una manera distinta, porque transmitir el amor de Dios tiene tantas variantes.
¿Cuál es el reto para la Iglesia en nuestra América Latina?
Responder con sensibilidad a las crisis y necesidades del hombre de hoy. En América Latina significa en primer lugar, creo, comprender la realidad histórica. Como Jesús cuando vio a las multitudes, tuvo compasión de ellas y respondió a esas necesidades; se comunicó con ellas. Hay que tener ojos que vean las necesidades urgentes de nuestro tiempo: la pobreza creciente y la discriminación hacia estos pueblos. Por ejemplo, para el quinto aniversario del descubrimiento de América, tenemos una larga deuda hacia los indígenas olvidados en nuestras sociedades, que implica cierta opción con los desheredados.
En segundo lugar, no se puede comprender la realidad si no es conmovido por ella. En Jesús, la frase repetida por los Evangelios «tuvo compasión», significa «entrañablemente», o «visceralmente». Nosotros también debemos conmovernos como él.
En tercer lugar, actuar, dar una respuesta, que a veces puede ser riesgosa. Es como cuando hay una crisis grave, y uno dice: «hay que hacer algo». Y si se lo hace con emoción, con afecto, aunque se cometan errores, los que reciben la ayuda comprenden este co-sentir. Como la mujer samaritana que dijo de Jesús «aquí hay un hombre que me comprendió».
En este sentido es correcta la frase de San Agustín: «ama y hay lo que quieras».
Exactamente, el hombre nuevo no lo es solitariamente, sino como parte de un pueblo nuevo.
Ese «pueblo nuevo» ¿es la Iglesia?
Uno tiene ciertas dudas de afirmarlo categóricamente; lo es y no lo es. Digamos que es el llamado para lo que la iglesia debe ser. El Espíritu de Dios va adelante de nosotros, antes que nosotros Dios ya va abriendo caminos. En 1 Corintios 13, se nos dice que vemos como en un espejo se refiere a espejos que en aquella época eran de metal, respondemos en forma limitada, sin embargo cada vez más y más nos acercamos para que el llamado del Señor llegue a su plenitud como lo expresa Efesios 4.11-16.
Gracias Sidney, es un privilegio para CC publicar esta entrevista.
quisiera por favor me envien una nota de hace unos 6 años» Apostatas de corazon».sus comentarios y devocionales son muy utiles para mi vida muchas gracias!!!muchisimas bendiciones y hasta pronto.marcelo perez