¡Para mí significaba tanto estar tocando esa fuente!. La fuente de una plazoleta pequeña, en una transitada avenida. Una fuente de cemento, de escasas dimensiones, cuya agua tenía polvo, hojas… Los rasgos con que podría describirla la reflejarían muy común.
Durante once días la habíamos mirado desde la ventana del sanatorio. ¡Pero ya estábamos concretando los últimos trámites del alta de nuestro hijito!
Iván, con su cabecita vendada, jugaba salpicando agua con una rama. Reía como sólo un niño de dos años sabe reír al poseer lo simple.
Un taximetrista se acercaba a llenar un balde y lavaba su auto.
Había sol. ¡Era tan hermoso pensar en volver a casa y alejarnos de la operación! ¿Cómo nos sentiríamos cuando la pesadilla se convirtiera en recuerdo?
Y me quedé perpleja. Yo podía comprender que alguien jugara con el agua de la fuente, también que alguien la utilizara para lavar su auto. Pero no podía entender el gesto de ese hombre!. Con desesperación, se arrodilló y bebió agua de la fuente.
-¡Estos hacen cualquier cosa menos trabajar!- comentaron asqueadas dos elegantes señoras que pasaban.
Y yo te sentí hablarme, Señor.
Porque vos y yo sabemos que muchas veces te busqué para que me lavaras… y seguí viviendo muy cómodamente.
Otras veces me acerqué para que me hicieras feliz.
Y muchas otras pasé caminando a tu lado sin verte.
¡Pero qué distinto es beberte!. Beberte con ansias y sentir que sólo Tu Amor calma la sed de nuestra alma! Beberte y sentir que nos renuevas, y somos felices de verdad. Beberte porque hemos entendido que sin Tu agua, estamos muertos.
Norma Panozzo de Ré
ES una enseñanza practica de nuestro diario vivir hoy en dia , nos preocupamos de tantos afanes ,que hemos dejado la necesidad de beber de la fuente de agua viva ,amada hermana en CRISTO gracias por las reflexciones que nos envia dia a dia son una necesidad poder esperar tus mensajes bendiciones