Por MIGUEL ANGEL ZANDRINO
"Cuando una persona se vuelve al Señor, el velo se le quita. Y el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por eso, todos nosotros, como ya no tenemos la cara tapada con un velo, sonos como un espejo que refleja la gloria del Señor; y así nosotros mismos vamos llegando a ser más y más como Cristo, porque cada vez tenemos más y más de su gloria. Esto es lo que hace el Señor, que es el Espíritu." (2 Corintios 3.16-18)
UNA NOTA OPTIMISTA en muchas de las iglesias de nuestros días, es la juventud numerosa que hallamos en ellas.
No queremos pecar de demagogos hablando de juventud, pero tenemos que ser justos y decir que frecuentemente hallamos a los jóvenes más dispuestos que los mayores para asumir responsabilidades y comprometerse en tareas de servicio.
Por regla general la juventud es idealista y tiene empuje. Pero es importante que la iglesia sepa canalizar en forma útil el idealismo y el dinamismo juvenil. Porque también es habitual que los jóvenes sean críticos severos de la iglesia, y precisamente esa actitud crítica puede tener resultados negativos.
LA IGLESIA ES MAYOR QUE EL INDIVIDUO
Este es un principio importante que debemos tener en cuenta. Es frecuente razonar que debemos ser fieles a la Palabra de Dios por sobre todas las cosas, y en nombre de esa fidelidad, el creyente puede tornarse en un juez implacable de lo que él interpreta que la iglesia habrá de ser y hacer.
Pero la iglesia es el cuerpo del cual cada cristiano es un miembro. Y lo correcto es que cada miembro responda armónicamente a la acción de los demás, que habrán de obedecer a la cabeza que es Cristo.
NATURALMENTE LA IGLESIA A LA CUAL PERTENECEMOS NO ES PERFECTA
Y todos sus miembros, seamos jóvenes o mayores, debemos comprender que en realidad la iglesia representa lo que somos. Cada uno contribuye a que la iglesia sea lo que es.
¿Las reuniones de oración son aburridas? Es posible, pero ¿qué hacemos para que sean más espontáneas y entusiastas? Muchos de los que hacen esta crítica ni siquiera asisten regularmente. De los que concurren, hay quienes no intervienen activamente en la oración. Y tal vez algunos de los que oran, no sienten a la oración pública como un ministerio que debiera estimular y aun entusiasmar a la congregación, al vivir con intensidad y fervor la experiencia de estar orando al Señor.
Frecuentemente se habla de falta de amor, de falta de compañerismo o fraternidad. ¿Pero amamos nosotros a nuestros hermanos?, ¿les ofrecemos compañerismo y amistad?, ¿somos amables?, ¿compartimos la fraternidad con la familia de Dios? Es decir ¿la iglesia es verdaderamente nuestra familia?
ES FACIL CRITICAR LAS COSTUMBRES
Y es propio de los jóvenes sentirse reformadores. Pero la iglesia necesita más, miembros profundamente transformados, que meramente reformadores académicos. Aceptamos que nos preocupen costumbres que vulneran enseñanzas neotestamentarias. Pero en tales casos aún es necesario ser prudentes y no producir jamás un enfrentamiento. Recordemos el principio enunciado al comenzar: La iglesia es mayor que el individuo.
La iglesia tiene una historia, una tradición a cuya luz se interpreta la Escritura. Y no es correcto que el individuo que ha interpretado probablemente la Biblia en un entorno diferente, espere que la iglesia desconozca su propia tradición, que representa el ambiente hermenéutico en cuyo seno se interpreta la La Palabra de Dios. Si la persona cree firmemente estar en la verdad, y que la Biblia enseña seguramente lo que él ha entendido, aún deberá con humildad continuar sometido a la comunidad, aceptando la oposición oficial. A su debido tiempo llegará la oportunidad de considerar el tema en circunstancias apropiadas. Las costumbres suelen representar problemas meramente formales.
Lo que nos debe preocupar seriamente son los problemas de fondo. Tal vez el problema más serio que afecta a nuestras iglesias hoy sea el de la religiosidad.
LA RELIGIOSIDAD
Muchos creyentes descansan en una profesión de fe realizada un día, allá lejos y hace tiempo. Concurren a la iglesia regularmente a los domingos y cumplen con ciertos preceptos que tranquilizan su conciencia.
Han retenido las ofertas del evangelio, pero han olvidado sus demandas. Aceptan al Señor Jesucristo como su Salvador, pero no como el Señor de sus vidas. En realidad, no viven manifestando que está en ellos el Espíritu de Cristo, pues no actúan como el mismo Señor lo haría.
¡Peligrosa teología es ésta! El apóstol Pablo dice en Romanos 8:13: "si ustedes viven solamente de acuerdo con su propia naturaleza han de morir; pero si por medio del Espíritu hacen morir lo esa naturaleza hace, entonces vivirán". Y en el versículo 9 dice: "El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo".
Y esto no tiene que ver con una religión, con preceptos, ritos o ceremonias, sino con una vida vivida con el Poder del Espíritu de Dios.
En relación con esta actitud conformista, es en donde el joven creyente puede ser un elemento renovador en la iglesia. Tengo la convicción de que no podemos quedar impasibles ante la religiosidad de los hermanos. Es necesario que lleguemos a ser un elemento urticante que conmueva nuestra comunidad si en ella ha penetrado el conformismo y la religiosidad. Pero también es fácil equivocar el camino.
ENUNCIAMOS ALGUNAS NORMAS PARA LOGRAR LA TRANSFORMACION QUE NECESITAMOS
1 Seamos humildes y mansos. Y recordemos la bienaventuranza: los mansos herdarán la tierra.
2 Reconozcamos la autoridad de los ancianos y sometámonos a ella. "Os rogamos que reconozcáis a los que os presiden en el Señor y os amonestan".
3 Seamos pacificadores, en lugar de suscitar conflictos. "Los pacificadores serán llamados hijos de Dios".
4 Tomemos la iniciativa en brindarnos a los demás miembros de la Iglesia. Seamos simpáticos, amables, saludemos a todos los hermanos y demostremos una auténtica actitud de servicio. "Si uno tiene lo que necesita para vivir y ve que su hermano tiene necesidad y no se compadece de él ¿cómo es posible que tenga amor para Dios en su corazón?"
5 En consecuencia: Aprendamos a compartir con quienes tienen menos que nosotros… "El que no ama a su hermano, sigue muerto".
6 Oremos y leamos la Biblia en privado todos los días. Y al mismo tiempo seamos espontáneos en participar activamente en público en la iglesia.
7 Tratemos de ser fieles hasta donde nos sea posible, en asistir a las reuniones de la iglesia. Ese es nuestro ambiente natural. Compartir la comunión con los hermanos nos ayuda a vivir en más estrecha comunión con el Señor.
8 Recordemos que en el Nuevo Testamento no hay tal cosa como un creyente separado de la comunidad. Hagamos que cada reunión de los fieles sea una alegre reunión de la familia de Dios.
9 Vivamos hambrientos y sedientos de la justicia. Y seremos saciados. Seamos justos y aspiremos a alcanzar causas justas.
10 Creamos en el Poder de la oración. Jesús dijo "Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos".
HEMOS MENCIONADO ALGUNOS PUNTOS
Esta lista no es exhaustiva. Simplemente indica la actitud que habremos de asumir, para realizar una acción renovadora de la comunidad a la que pertenecemos.
En realidad, representa una actitud que es diametralmente opuesta a la que siguiendo impulsos naturales hubiéramos adoptado. Es que el éxito en términos cristianos difiere fundamentalmente del éxito en términos humanos. Recordemos que el triunfo de Cristo fue su muerte en la cruz. En la vida espiritual, el triunfalismo o el exitismo natural pueden representar un fracaso. Es que el cristiano tiene el Espíritu de Cristo, y debe asumir su misma actitud frente a la vida y a la muerte. Tiene la mente de Cristo, y debe ejercitarse a pensar como él lo hizo. Y esto es algo que se logra mediante un diario ejercicio de entrega al Señor.
Necesitamos ser "transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento". Y aspirar a ser más y más como el Señor Jesucristo: "Cuando una persona se vuelve al Señor el velo se le quita. Y el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad. Por eso, todos nosotros, como ya no tenemos la cara tapada con un velo, somos como un espejo que refleja la Gloria del Señor; y así nosotros mismos vamos llegando a ser más y más como Cristo, porque cada vez tenemos más de su Gloria. Esto es lo que hace el Señor, que es el Espíritu" (2 Corintios 3:16-18 VP).
JOVENES, HAY UNA GRAN TAREA PARA CUMPLIR
El camino comienza en una puerta estrecha, y es angosto y difícil de transitar. Pero vale la pena andar por este camino.
¿Recuerdas que en Efesios dice que el Señor ha preparado un camino de buenas obras para que andemos en él? ¡Que Dios nos conceda a cada uno descubrir y transitar la senda que nos ha sido preparada!
Comparto lo externado en el tema
LO que puedo refelexionar al respecto es que la iglesia lo somos cada creyente asi como el señor nos saco de egipto en figura del mundo del pecado y en poder de faron como figura de satanas, hoy dia gloria aDios y a nuestro señor Jesucristo quien nos ha dado de su espiritu santo, mas no se trata de que tanta juventud esten congregandose sino de que tanta juventud son llamados los pies del señor impactandp añ mundo en llevar el mensaje y muchos son algo asi como una distraccion y deceso aun carnales porque estan en proceso, si es que de manera sincera estan en oracion secreta con el señor y ayunan, para que el nos transforme y sea su obra completada en amor pero en todos tenemos resistencia en la carne que se opone al espiritu santo, es decir ser como Daniel para que en nosotros se refleje la esperanza de la gloria de Dios, esa es la poderosa ola que el señor debe estar preparando en muchos jovenes no lovidar que muchos son los llamados y pocos los escogidos en ese trabajo de obreros del señor Jesus, amen
Buenas tardes eso es muy estupendo tenemos que demostrar ante nuestro padre celestial que seguimos su camino por lo cual el nos va guiar con sus escrituras de la sagrada biblia, en cuanto estemos en ese camino haremos crecer nuestra iglesia con nuevos creyentes para que nuestro señor y padre celestial los lleve a predicar y llevar la palabra AMEN…