por JORGE TASIN
Lágrima ennegrecida,
rastros de sueños primitivos
que reciclan,
en mortaja de petróleo,
el sustrato
de esperanzas traicionadas.
Una foto amarillada
y a salvo de recuerdos,
navega hermanada
a una botella de plástico
y al marco de un óleo
ahora anónimo.
Los hay quienes afirman
que en ciertas tardes,
aún, el alquitrán trae viejas canciones europeas
en gritos vaciados
de marinos
sin días.
Una firestone de camión
custodia el fantasma de una barcaza
y el mango de un paragüas
fantasea otras lloviznas.
Son los resabios del ayer,
que muertos sobreviven
y aún,
desean…
ensayan,
sabrán malbailar un «Øtangó£»
en la kermesse inaugural
del «nuevo orden».
espero crecer con tus ayudas los bendigo