Jesús le asignó a la tarea de sanar un lugar preponderante y así vemos que al comenzar su ministerio el evangelista Mateo nos dice que “Jesús recorría toda Galilea, enseñando en la sinagoga de cada lugar. Anunciaba la buena noticia del reino de Dios y curaba a la gente de todas sus enfermedades y dolencias” Mateo 4:23.
Hay una descripción de Jesús realizando su obra de sanidad que es casi una imagen pictórica que lo retrata al caer un día cualquiera de su ministerio en la tierra: “Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús. Corrieron por toda aquella región, y comenzaron a llevar en camillas a los enfermos a donde sabían que estaba Jesús. Y dondequiera que él entraba, ya fuera en las aldeas, en los pueblos o en los campos, ponían a los enfermos en las calles y le rogaban que los dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban, quedaban sanos” (Marcos 6:54‑56).
A Jesús no le interesaba sólo tangencialmente la salud de las personas que se le acercaban, sino que era una de sus tareas principales; él se compadecía y sufría con el dolor del enfermo.
Sabemos que Jesús lloró ante la tumba de su amigo muerto. Es que la muerte de Lázaro significaba el triunfo de la enfermedad sobre la vida del ser humano. Jesús volvió a la vida a Lázaro, dándonos un ejemplo de que …si creemos, veremos la gloria de Dios (Juan 11:40).
El mismo Jesús se ofrece como modelo de salud.
¿CUÁNDO COMIENZA LA SANIDAD INTERIOR?
La sanidad es parte de un proceso que comienza con la conversión. Cuando nos encontramos con Cristo y lo aceptamos como nuestro Salvador y Señor, El comienza un cambio en nuestro corazón del cual la sanidad interior es un aspecto.
Jesús predicaba al comenzar su ministerio: “Cambien de actitud, porque el reino de los cielos está cerca” (Mt 4:17). Esas palabras cambien de actitud hacen referencia al arrepentimiento. Esta es una palabra con un contenido de fundamental importancia. La definición que hacen los comentarios bíblicos de arrepentimiento dicen: Traducción de una familia de palabras que indican un retorno, un cambio de parecer, o un repudio del pecado para regresar a Dios.
En el N.T., por lo general, es traducción de la voz gr. metánoia que significa “cambio de actitud o de propósito en la vida”.
Cuando el ser humano responde al llamado amoroso del Señor y permite que él comience en su corazón el proceso de Metanoia o conversión, se inicia una nueva vida pues Dios transforma el corazón.
Este cambio que el apóstol Pablo define como: “Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” es un proceso que llevará toda la vida y que también podemos definir como un peregrinaje cuya meta es alcanzar un conocimiento (en el sentido de relación personal) más profundo de Jesús.
El profesor James Houston, señala que en la Biblia se hace una diferencia entre “sabiduría”: conocer una cosa, y “conocimiento”: conocer a una persona. Para el caso al que nos estamos refiriendo no se trata de aumentar un conocimiento intelectual, teológico o académico (sabiduría), sino de conocer a Cristo a través de su revelación personal y amorosa a nuestra vida (conocimiento).
SALUD COMO “SHALOM”
Hay una palabra que expresa la concepción hebrea de la salud y es SHALOM, sobre la cual nos dice el diccionario bíblico: “Saludo, salutación: Saludar es traducción del verbo heb. barak = bendecir, y del gr. aspadzesthai = acoger con gozo, abrazar. También lo es del substantivo shalom (heb. = paz, bienestar) y las formas verbales jaire, y jaíerin (gr. = regocijar).
Para los hebreos, el saludo tenía efectos bienechores sobre la persona saludada, pero sólo si esta persona era digna del saludo (Mt. 10:13). Negarle a alguien el saludo equivalía a maldecirlo (2 Jn.10)
Para el pueblo hebreo la salud no es “equilibrio” como lo concebían los griegos (de los cuales heredamos la medicina moderna) sino más bien “plenitud» (por ejemplo “mi copa está rebozando…” Sal.23)
SHALOM es bienestar, paz, salud, bendición, plenitud. De allí toma el cristianismo el concepto de salud integral. De la palabra Shalom derivan tres palabras que componen parte de este proceso de metanoia, y ellas son “salvación”, “santidad” y “sanidad”. Nótese que las tres tienen la misma raíz que a la la vez está vinculada a Shalom.
SANIDAD INTERIOR ES SANIDAD INTEGRAL
Según el concepto judio, no se separaba la salud física de la psíquica ni de la espiritual. El ser humano era un ser integral e integrado a sí mismo como consecuencia de la obra de Dios en la vida personal de cada uno de sus hijos.
Tomemos un ejemplo. Joni Eareckson Tade es muy conocida en círculos de las iglesias evangélicas de todo el mundo. Siendo muy joven quedó paraplégica luego de un accidente. Actualmente está en sillas de ruedas y es una persona madura y activa en el servicio al Señor como esposa, escritora, cantante y pintora. Lleva adelante un proyecto de ayuda a discapacitados de todo el mundo.
Viéndola en su silla de ruedas con sus miembros paralizados ¿podemos decir que Joni es una persona enferma? Muchos, pensando de acuerdo a la medicina moderna, responderán que sí, pero vuelvo al concepto de que somos seres integrales, y que la sanidad interior trae sanidad a toda la persona.
Para ello veamos la concepción que tiene la propia Joni de su enfermedad, quizás deberíamos decir de su salud, y que expresa en una de las lecturas de su libro devocional titulado “Diamantes en el polvo” (“diamonds in the dust”, no traducido al castellano).
LIMITACIONES
Joni Eareckson Tade
2º Cor. 12:9‑10
Estar sentada sobre la falda de mi padre y mirando cómo mezclaba los óleos sobre la paleta son mis primeros recuerdos de pintura. Eso fue un tiempito antes de que yo comenzara a pintar a su lado con crayones. El arte para mí era una aventura maravillosa y salvaje de pintar con las manos en cuadernos para colorear o en la servilleta de un restaurant.
Mi lesión cervical de la columna cambió esto. El arte dejó de ser una exploración ilimitada de creatividad. Paralizada de los hombros para abajo fui repentinamente confinada con algo que nunca había enfrentado como artista: límites.
Todo lo que podía ver eran obstáculos. Con los dientes apretaba los lápices y pinceles. Mis ojos estaban a escasos centímetros de la paleta. Los músculos del cuello se cansaban fácilmente. Mis manos eran incapaces de tomar una goma de borrar. Todo se predisponía para que perdiera el interés por el arte.
Pero mis límites tenían un propósito. Fui forzada a planear mi composición más cuidadosamente.
Y como no podía borrar, tenía que detenerme y pensar más. Probablemente la disciplina más importante de cualquier artista. Ahora me deleito en mis debilidades y obstáculos, porque mis pinturas son por lejos mucho más hermosas. ¡Gloria a Dios por las limitaciones!
Reflexión
El sufrimiento siempre estuvo íntimamente ligado con la creatividad. Las limitaciones nos fuerzan a ceder, a abandonarnos a nuestro Creador, Dios. Y cuando lo hacemos Su creatividad fluye.
Oración
Dios, tienes la asombrosa manera de hacer siempre más con menos. Te damos nuestras limitaciones y que tu Espíritu alcance objetivos mucho mayores a lo que nosotros jamás hubiéramos imaginado. Te bendigo por mis debilidades.
¿Podemos imaginar cuántas personas caminando sobre sus piernas y con sus manos hábiles para cualquier tarea, sin embargo están enfermas, con vidas vacias, sin motivaciones, quejosas, porque no tienen sanidad interior? Evidentemente el ser humano es un ser integral y no será una persona plena hasta no estar integrada a si misma a través de la obra de Jesús en su vida.
Como dice el psiquiatra Nasim Yampey: “Ningún objeto puede hacernos felices si no estamos estructuralmente preparados, pues el hombre no tiene dicha o desdicha, sino que es feliz o desdichado. Por eso, la mayor felicidad que podemos alcanzar consiste en lograrnos a nosotros mismos como personas autoconscientes, con un estilo de vida, con principios y propósitos definidos.”
LA ORACIÓN OCUPA UN LUGAR EN LA SANIDAD INTERIOR
Cuando nos comprometemos en esta travesía espiritual, lo primero que hace el Espíritu es comenzar a remover la hojarasca emocional dentro de nosotros. Él quiere llenarnos por completo y transformar nuestra persona en un instrumento dócil al amor divino. Pero mientras subsistan obstáculos, de los que ni siquiera tenemos conciencia, él no puede llenar nuestra capacidad. Uno de los medios que utiliza para este fin es la oración, perseverante, paciente, silenciosa, permitiendo que el Espíritu Santo vaya haciendo una limpieza profunda y continua de nuestro ser interior.
Este proceso podemos equipararlo al sentido que le dá Jesús a sus palabras cuando expresa “…santificado sea Tu nombre…” en el Padrenuestro.
En un artículo que analiza esta oración de la revista “The Pecos Benedictine” (junio 1994) toma los posibles significados de las palabras de Jesús dichas en arameo, idioma en el que una o un conjunto de palabras, puede tener diversos significados, dice:
hqadash shmakh “Santificado sea tu Nombre”
Presenta la imagen de alguien inclinado para limpiar el lugar donde puede morar lo sagrado. “Shmakh tiene la misma raíz que la palabra aramea para cielo; significa el nombre y la manifestación concreta de la energía creativa. La frase podría significar: (”Ablanda la esencia de nuestro ser y santifica un lugar para tu presencia») o “libéranos de todos los obstáculos para que la corriente de tu Vida pueda moverse dentro de nosotros sin impedimentos”. Aquí estamos invitados a dejar todo lo que nos impide que Dios entre en nuestras vidas y limpie nuestro corazón. La limpieza simbólica del templo que hizo Jesús resuena fuertemente en esta imagen. ¿Hasta qué punto tenemos nosotros un mercado en nuestro ser? ¿Qué es lo que ocupa el espacio de nuestro interior donde Dios desea habitar?
Cada día podemos orar en este sentido, para que el Espíritu Santo transforme nuestro corazón de piedra y permitir a Dios que la “…corriente de tu Vida pueda moverse dentro de nosotros sin impedimentos”. He aquí el fundamento de la sanidad interior.
LA IGLESIA DEBE FUNCIONAR COMO UNA COMUNIDAD TERAPÉUTICA
No podemos dejar de plantear que la sanidad interior se lleva a cabo en el contexto de la iglesia local y fundamentándose en versículos como Gálatas 6:2 “Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo.”
Hay un compromiso hacia el hermano en sufrimiento del cual ningún miembro de la comunidad puede ser ajeno. Nadie puede decir frente a su hermano: “yo no tengo el don de sanidad por lo tanto no me corresponde ayudarte”. Toda la comunidad es responsable de la sanidad integral de sus miembros.
La iglesia local debe funcionar como una comunidad terapéutica promoviendo aspectos de sanidad entre sus miembros. Algunos de estos recursos terapéuticos a los que, seguramente, podemos agregar otros son: la confesión, el perdón, la aceptación, la oración intercesora y la alabanza.
CONCLUSIONES
‑ La sanidad es un proceso que comienza con la conversión.
‑ Jesús es el modelo de salud.
‑ A veces hay episodios o experiencias de sanidad que destraban el libre fluir del Espíritu de Dios que promueve la salud y el crecimiento.
‑Debemos orar cotidiana y silenciosamente por el proceso de sanidad que el Espíritu Santo realiza en nuestro corazón.
‑ No es buena la manipulación de las “técnicas de sanidad”.
‑ Sí en cambio lo es el tratamiento delicado y sensible de las personas que sufren, de parte de quienes tienen el don de la sanidad. Éstos deben ser apoyados para su desarrollo por los pastores de la iglesia y la comunidad toda.
‑ La sanidad debe desarrollarse en el contexto y en la realidad y convivencia de la iglesia local, la cual debe funcionar como una verdadera comunidad terapéutica.
Que Dios lod bendiga,que edificante esta reflexion mis hermanos,desde que me comunico con ustedes siento que me he fortalecido espiritualmente,bendiciones
DIOS LE BENDIGA Y QLO LLENES DE BENDICIONES, ES PRIMERA VES Q VEO ESTA VEYA REFLEXIONES, ME GUSTARIA PARTICIPAL, PARA EL FORTALECIMIENTO DE MI VIDA ESPIRITUAL,
DIOS DE SUS BENDICIONES, DEMOS GRACIAS A EL QUE POR ESTE MEDIO TAMBIEN PODEMOS TENER OTROS PUNTOS DE VISTA Y REFLEXION.
Me gozo en cada palabra escrita , que alegría siento al poder leer y aprender , no hay verdad ni sanidad fuera de Dios , mi oración es que podamos vivir sanamente y ayudar a sanar a quienes quieren seguir la ruta de Cristo.
Gracias mis hermanos , gracias de todo corazón .
Que Dios bendiga este ministerio .
algunas predicas cristianas son más efectivas que otras, me parece a mí, dependiendo de la persona. Porque un determinado mensaje puede llegarnos más que otro
LA SANIDAD INTERIOR ES MUY IMPORTANTE,NOS VEMOS REFLEJADOS EN EL EXTERIOR EN ELLA.ES CIERTO QUE LA COMUNIDAD DE LAS IGLESIAS DEBERIAN APOYAR ,PREOCUPARSE POR SUS MIEMBROS.PERSONAS CON DONES NO PUEDEN DESARROLLARLOS POR LA FALTA DE SOSTEN DE LAS MISMAS.QUE DIOS BENDIGA A TODOS Y NOS DE SABIDURIA E ILUMINE NUESTROS CAMINOS
sigamos promoviendo este tipo de escritos se nesecitan mucho,Dios los bendiga atodos.