Un examen de cinco pensadores cristianos
por SAMUEL ESCOBAR
Considero a estos pensadores protestantes como grandes «teólogos laicos», porque aunque su ocupación no fuese el pastorado o la educación teológica, han conseguido introducir en la arena del debate universitario y cultural los grandes temas de la teología. En ese sentido han estado «dando testimonio» en el mundo intelectual de nuestra época. Veremos en forma apenas esquemática al novelista y crítico literario británico C.S. Lewis, al médico suizo Paul Tournier, al sicólogo francés Jacques Ellul, al físico escocés Donald M. Mackay, y al sociólogo austríaco-americano Peter Berger.
EL ESFUERZO por comprender lo que es el ser humano ha sido siempre uno de los temas centrales de la reflexión filosófica, de la mitología, del arte y de las religiones. En el pensamiento occidental de nuestro siglo la comprensión de lo humano ha estado dominada por las ideas de tres hombres a quienes el pensador protestante Jacques Ellul ha llamado los «maestros de la sospecha». Ellos son el economista Marx, el médico y psicólogo Freud y el filósofo Nietzsche. A este influyente trío algunos lo harían cuarteto agregando a Darwin. Por medio de sus libros o a través de sus intérpretes estos pensadores todavía ejercen influencia en las universidades y centros de pensamiento e investigación.
LA ERA DE LA SOSPECHA
Ellul cree que una manera de definir la atmósfera intelectual de nuestro tiempo es considerarlo como «la era de la sospecha». Marx llamó la atención a la tarea del ser humano como productor, y al poder de las realidades económicas en la sociedad. Así que después de él siempre sospechamos acerca de las motivaciones económicas detrás de todas las manifestaciones humanas en la vida social. Freud sacó a la luz el mundo del subconsciente y su poder sobre la conducta y el discurso humano. Sus intuiciones ya son parte de nuestro lenguaje común: complejos, actos fallidos, efectos de los traumas infantiles. Nietzsche exaltó las fuerzas no racionales del ser humano, y propició la afirmación de esos impulsos de superhombre que rechaza con violencia la idea de un señorío divino sobre la vida humana, y afirma entusiasmado la muerte de Dios.
Se explica entonces que en nuestro siglo el pensamiento de los cristianos acerca de lo humano se haya ido formulando en diálogo o en contraste con los «maestros de la sospecha». Los teólogos, por ejemplo, han tratado de exponer la enseñanza bíblica o explicar las afirmaciones de los credos, tomando en cuenta las intuiciones o los interrogantes de dichos pensadores. Tal ha sido el caso de protestantes como Niebuhr, Moltmann o Miguez Bonino, y de católicos como Mounier, Rahner o Segundo, para dar algunos ejemplos representativos.
Por supuesto que no se trata sólo de ideas de ciertos pensadores que se catalogan en libros. Las ideas de Marx fueron puestas en práctica por Lenin o Stalin en la construcción de una sociedad comunista, las ideas de Nietzsche fueron lectura favorita de Hitler y los otros alemanes que construyeron el nazismo del
Tercer Reich, y las ideas de Freud influyen en generaciones sucesivas de psiquiatras, psicólogos o educadores en todo el mundo. Se puede decir que las ideas de los «maestros de la sospecha» son expresión de la realidad de una época y al mismo tiempo ejercen influencia en las generaciones que les siguen. Al cristiano le corresponde en toda época tener un pensamiento alerta, siguiendo la máxima paulina: «Examinadlo todo y retened lo bueno». El concepto que tengamos de «lo humano» ejerce influencia en los fines y métodos de nuestras tareas en campos tan diversos como la medicina, la política, la educación y la propia acción pastoral dentro de las iglesias.
En el resto de este artículo me ocuparé brevemente de cinco cristianos de nuestro tiempo cuya reflexión sobre lo humano ha alcanzado cierta notoriedad e influencia. Cada uno de ellos ha sido o es una autoridad en su campo, y sus ideas no vienen sólo de las fuentes cristianas y bíblicas de su fe, sino también de su práctica como profesionales y como ciudadanos.
Considero a estos pensadores protestantes como grandes «teólogos laicos», porque aunque su ocupación no fuese el pastorado o la educación teológica, han conseguido introducir en la arena del debate universitario y cultural los grandes temas de la teología. En ese sentido han estado «dando testimonio» en el mundo intelectual de nuestra época. Veremos en forma apenas esquemática al novelista y crítico literario británico C.S. Lewis, al médico suizo Paul Tournier, al sociólogo francés Jacques Ellul, al físico escocés Donald M. Mackay, y al sociólogo austríaco-americano Peter Berger.
CONTRA LA ABOLICION DEL SER HUMANO
C.S. Lewis (1898-1963) fue uno de los grandes maestros de la prosa inglesa contemporánea. Profesor de literatura en las universidades de Cambridge y Oxford, era reconocido como una autoridad en materia de crítica literaria, experto conocedor del idioma y literatura del siglo XVI. Convertido a una fe cristiana personal después de un período de agnosticismo, durante la segunda guerra mundial se hizo famoso por sus charlas por radio en la BBC, reunidas luego como libro con el título ¡Cristianismo… y nada más! (Mere Christianity), del cual se han vendido millones de ejemplares en varias lenguas. En esas charlas trató de exponer lo esencial de la fe cristiana evitando utilizar el lenguaje religioso. Pero es igualmente famoso por sus trabajos de ciencia-ficción, como las novelas Mas allá del Planeta Silencioso y Perelandra, y por sus cuentos fantásticos para niños en la serie «Crónicas de Narnia».
Uno de sus libros en los cuales la reflexión sobre lo humano se presenta más aguda y precisa es The Abolition of Man (La abolición del hombre), que no se conoce aun en castellano. En élLewis nos ofrece un análisis despiadado del sistema educativo inglés, dentro del cual había trabajado por años, y en especial de ciertos manuales escolares que reflejaban una pobrísima concepción de lo humano. Lewis recalca que la dimensión espiritual y moral del ser humano es fundamental, pero que las escuelas y maestros actúan como si el hombre tuviese sólo la dimensión física y la intelectual. El resultado es una educación que al no prestar atención a lo moral, espiritual y estético,
forma seres sin personalidad y sin voluntad, fácilmente manipulables por medio de la propaganda y el consumo. Lewis encuentra en la visión bíblica del ser humano, y aun en algunas de las grandes tradiciones morales y religiosas de la antigüedad, una clave para educar la voluntad y la moral. Ello capacita al ser humano para la vida en plenitud, en la cual los poderes de la mente intuyen nuevas verdades al servicio de las cuales se ponela disciplina del cuerpo y el carácter.
Podría decirse que toda la literatura de Lewis es precisamente una obra escrita que apela a la inteligencia y la imaginación, pero que consigue sensibilizar al lector mostrándole la riqueza espiritual de su propia persona. El estilo magistral de Lewis se puede disfrutar en su libro Cartas a un Diablo Novato, que es un breve tratado de espiritualidad, escrito con gran dosis de humor.
UNA MEDICINA PARA «TODA LA PERSONA»
Los aspectos negativos del ejercicio de la medicina en nuestro tiempo, por ejemplo su excesiva especialización o institucionalización, muestran las funestas consecuencias de una concepción materialista del ser humano. Hombres y mujeres son tratados muchas veces como máquinas que todo lo que necesitan es un ajuste mecánico o una pieza de recambio. Con esta dura realidad se enfrentó en su práctica el médico suizo Paul Tournier.
Su visión cristiana de la persona humana chocó contra el materialismo de la práctica moderna y empezó a reflexionar sobre sus propias experiencias, procurando forjar una nueva medicina que tomase en serio «toda la persona». El libro donde Tournier expresa en forma más sistemática su pensamiento se llama precisamente Medicina de la Persona.
Su impacto ha sido notable. En diversas partes del mundo se han formado grupos de médicos deseosos de seguir en los pasos del médico suizo, demostrando cómo los resultados de una práctica médica integral superan los de la medicina fragmentadora o materialista.
La reflexión de Tournier sobre los humano está en todos sus libros, en los cuales siempre hay referencia a la enseñanza bíblica pero también a lo observado en la práctica. Traducidos a muchos idiomas y leídos con avidez por médicos o legos, estos libros son de lectura fácil por el rico material testimonial que el autor toma de su experiencia médica, y también por la dimensión práctica en la cual el lector va aplicando los principios que va descubriendo.
Biblia y Medicina es una lectura del material bíblico desde la perspectiva del médico de toda la persona, y Mitos y Neurosis de Nuestro Tiempo es una crítica a las visiones de Darwin, Nietzsche y Freud tal como se ven aplicadas en la medicina y la educación. Sus libros prácticos como La Armonía Conyugal o Aprendiendo a Envejecer tienen una nota de profunda sinceridad humana.
Tournier ha servido de gran ayuda a pastores, maestros y consejeros, al proponer una visión mucho más rica de lo humano, que prueba su validez en la práctica diaria. En esa forma no sólo ha contribuido con intuiciones nuevas al concepto mismo de la medicina y su ejercicio, sino que ha demostrado la pertinencia de la enseñanza cristiana acerca de la persona humana. Tournier ejemplifica también al hombre de ciencia creyente que examina todo en espíritu de libertad y retiene lo bueno con el criterio que le dan la fe y la revelación.
CONTRA LOS IDOLOS EN LA ERA DE LA TECNICA
En contraste con la relativamente tranquila vida de Lewis en la universidad inglesa o de Tournier en su aldea suiza, la vida de Jacques Ellul (nació en 1912), ha sido agitada. Marxista militante antes de su conversión cristiana, abogado y profesor universitario, durante la ocupación alemana de Francia Ellul trabajó en la resistencia secreta contra el invasor, y después de la guerra fue elegido alcalde de Burdeos. Ha sido un laico activo en la Iglesia Reformada, y ha trabajado también activamente en la investigación de las causas de la violencia juvenil. Ellul es un sociólogo muy conocido por su trabajo clásico sobre «Historia de las Instituciones» (cinco tomos), y su docencia en la Universidad de Burdeos.
Tres son las obras en las cuales la reflexión de Ellul sobre lo humano ha alcanzado a penetrar en el pensamiento moderno, haciéndolo un autor respetado en el mundo académico. Su estudio sobre la aparición de «la técnica» y su influencia profunda en la sociedad, El Siglo XX y la Técnica. Luego su exploración del fenómeno urbano y su impacto sobre la persona humana, en La Ciudad. Finalmente su trabajo sobre la «propaganda» en el cual estudia los principios y técnicas mediante los cuales se forman las actitudes humanas con el uso de los modernos medios de comunicación. La visión cristiana de lo humano que guía la reflexión crítica de Ellul está expresada en su libro Présence au monde moderne. En esta obra Ellul plantea la existencia cristiana como una presencia del Reino de Dios en el mundo, presencia transformadora y regeneradora de las personas y de las instituciones.
Ellul conoce a fondo el pensamiento de los «maestros de la sospecha», y lo valora críticamente, asumiendo algunos de sus aspectos. Al mismo tiempo se nutre de la enseñanza bíblica cuya riqueza saca a luz en forma magistral, como puede verse, por ejemplo, en sus estudios sobre Jonás, el dinero, y la política de la monarquía hebrea. Ellul es crítico profundo del optimismo evolucionista del siglo pasado cuya ruina analiza en la sociedad actual. Su bisturí analítico y su fina ironía francesa pulverizan por igual los mitos del marxismo y el capitalismo. En el seno de su iglesia Reformada en Francia, Ellul ha buscado tener una voz profética que llama al pueblo de Dios a buscar de nuevo la novedad del Reino de Dios, la obediencia al Señorío de Jesucristo y el valor para enfrentar con decisión a un mundo cada vez más paganizado.
CONTRA EL «NADA-MAS-QUEISMO»
Por décadas las universidades en Occidente fueron campo de batalla donde una visión positivista y agnóstica pretendía que la «ciencia» había puesto fuera de vigencia a la fe cristiana. En el campo de la visión de lo humano fue donde más amargamente se libró este duelo, y muchas veces los cristianos actuaron y escribieron denigrando a la ciencia y abandonándola como ámbito legítimo de actividad para el creyente fiel.
En su vida y escritos Donald M. Mackay (1922-1987) se esforzó por ser el pionero evangélico de una nueva actitud. Mackay fue profesor de Comunicaciones y Neurociencia en la Universidad de Keele y dirigió por años un equipo interdisciplinario de investigación sobre la fisiología y organización del cerebro humano. El rigor y calidad de su tarea científica han sido ampliamente reconocidos entre los especialistas en la materia, habiendo sido Presidente de la Unión Internacional de Biofísica Aplicada. Dirigió publicaciones especializadas, pero sus libros más conocidos son aquellos en los cuales Mackay busca expresar la compatibilidad indiscutible entre su visión cristiana del ser humano y los resultados de su actividad científica, entre ellos Brains,Machines and Persons, Science, Chance and Providence, TheClockwork Image, Fe Cristiana y Ciencia Mecanicista.
Mackay trató de mostrar lo que llamaba «la falacia del nada-más-que ísmo», es decir la posición de aquellos que sostienen que al aceptar una visión científica de lo humano se llega por fuerza a rechazar la dimensión espiritual de la vida.
Mackay de muestra que si bien el estudio físico-químico de la persona nos permite hoy penetrar en los misterios del funcionamiento de lamente humana, y aun reproducir las funciones del cerebro en las computadoras, ello ni agota el ámbito de la experiencia humana, ni elimina la necesidad de conocer a fondo otras dimensiones. Al explicar el cerebro y la persona como «nada más que» complicados haces de impulsos electro-químicos, algunos científicos no perciben la falacia en la cual incurren. Es verdad que el cerebro y el cuerpo funcionan como una máquina maravillosa, pero ni las cuestiones de sentido, ni la capacidad humana de superar los determinismos pueden ser explicados reduciéndolos a «nada masque» lo electroquímico. Es allí donde Mackay ve la aplicabilidad de un principio de complementariedad que partiendo de la visión bíblica de lo humano arroja nueva luz sobre la experiencia.
Mackay llama también a los cristianos a aceptar la realidad físico-química de la existencia humana que la ciencia va comprendiendo cada vez más. Nos advierte contra cierta beatería que tiembla ante todo avance técnico como si amenazara la dignidad humana, y desafía a los estudiosos a ser valientes en su investigación científica y también en su proclamación de la revelación bíblica acerca de lo humano.
POR UNA SOCIOLOGIA MAS HUMANA
El laico luterano Peter Berger llegó primero a la fama como sociólogo de la religión. Su estudio de la religiosidad norteamericana, en el cual analizó comparativamente un estudio estadístico de la asistencia a la iglesia y luego de la conducta social y política, puso al desnudo muchas inconsecuencias éticas. La crítica de Berger se refleja en el título de uno de sus primeros libros The Noise of Solemn Assemblies, el cual es una referencia a las profecías de Isaías y Amós, en las cuales Dios rechaza «el ruido de solemnes asambleas», porque iba acompañado de la injusticia y la impiedad.
Hay tres campos de sociología moderna en los cuales todos reconocen el aporte original de Berger: la sociología del conocimiento, especialmente en su libro La Construcción Social de la Realidad; la sociología de la religión en El Dosel Sagrado; y sus estudios sobre el impacto de la modernidad, especialmente The Homeless Mind. El resultado de sus investigaciones, particularmente en el tercer campo antes mencionado, unido a una aplicación de la visión cristiana de lo humano, han llevado a Berger a ocuparse de la preocupación ética en relación con el ejercicio de las ciencias sociales.
En sus obras como Pirámides de Sacrificio, Bergerha planteado las cuestiones de la ética del desarrollo y la revolución como procesos sociales impuestos a las masas sufrientes por las élites académicas y políticas. Sus trabajos critican por igual a las teorías marxistas de la realidad social con sus propuestas revolucionarias, tanto como a las teorías de desarrollo propuestas por el mundo capitalista occidental. Berger quiere crear conciencia respecto a la necesidad de una nueva ética social que aprovecha cuanto sabemos del ser humano mediante las ciencias sociales actuales, pero al mismo tiempo reconoce la validez de las dimensiones espiritual y ética de la vida, tal como las expone el mensaje bíblico y cristiano. Cree en el derecho del ser humano a forjar procesos sociales en los cuales se presta atención por igual a las necesidades materiales, y alas necesidades profundas de significado y plenitud.
UNA VISION CRISTIANA DE LA MODERNIDAD
Los pensadores cuyo testimonio hemos examinado brevemente no han elaborado en forma sistemática una nueva antropología cristiana. Pero aplicando su percepción de la enseñanza bíblica a una forma diferente de encarar su trabajo científico, nos ayudan a interpretar el impacto de la modernidad en la comprensión de lo humano. Nos ayudan también a evitar los excesos ideológicos y políticos a los cuales han llevado los «maestros de la sospecha», y sus descendientes modernos.
Las preguntas e intuiciones de estos cinco cristianos contemporáneos, contribuyen a clarificar nuestras propias preguntas, para poder llevar a cabo una lectura actual y creativa de lo que la eterna Palabra de Dios revela. Nuestra búsqueda habrá de realizarse en el espíritu de adoración e interrogación del salmista: «¿Qué es el hombre?» ¿Qué es el ser humano?… lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad…»(Salmo 8.4-5 DHH).
Muy interesante sintesis del Sr. Escobar sobre estos cinco grandes pensadores, quisiera preguntarle cuales escritos de ellos se encuentran traducidos al español, de Marx y de Freud se que se encuentran en todas partes, las cronicas de narnia de Lewis pues tambien pero otras obras de Lewis, los trabajos de Berger y de Mackay se consiguen en español? me gustaría leer algunas de sus obras, pero solo leo en español.
les agradesco su atencion y que Dios los Siga bendiciendo ampliamente en este ministerio.
Este tipo de reflexiones nos ayudan a que valoremos en mejor forma la Eterna palabra de Dios a travès del libro sagrado, asì mismo aprendemos a razonar sobre nuestra propia vida espiritual, etica y moral dandole valor al mensaje biblico sin llegar a extremos de idialismos, sino con una verdadera realidad sobre o divino.
Gracias Hno Samuel Escobar, por esta reflexion es una herramienta de mucha utilidad, le agradezco porque en ella sacare mucho provecho, les estoy muy agradecida, que Dios lo bendiga y lo siga usando para enriquecer el alma del sediento de conocimiento. nuevamente gracias
Excelente este articulo de los bien denominados «teólogos laicos» por el prof. Escobar. Es una gran bendicion para el intelecto y el espiritu cristiano leer sus obras. En mi caso las que mas me han impactado son las del Dr Tournier y C.S.Lewis.
Quizás porque nos ayúdan a obtener una concepcion completa acerca de lo que es el ser humano. Por cierto un aporte mas. Ya que el tema no creo que pueda terminar de investigarse. Sólo-y gracias a Dios- avanzamos en ese conocimiento a tavés del estudio teológico. Con la certeza de que las palabras de San Pablo se harán realidad en un futuro no muy lejano en la presencia de Dios: «entonces conoceré como fuí conocido…» Bendiciones!
Grande aporte su escrito, una excelente motivaciòn para comprender lo estudios llevados a cabo por hombres que tuvieron el previlegio de ser cristianos y desde esta òptica completa y veraz contibuir a una mejor comprensiòn del ser humano y su interaccion con el mundo .