Apocalipsis nos dará la clave de estos misterios
Sin Apocalipsis no podríamos entender plenamente el Nuevo Testamento. Apocalipsis, nos manifiesta el triunfo real de Jesucristo, pues su victoria es actual, permanente y eterna; y esto es lo que ve y nos cuenta Juan cuando nos dice que le fue concedido mirar en el cielo.
Así comienza el libro: "La revelación de Jesucristo que Dios le dio". En Jesús de Nazaret hallamos al eterno Hijo de Dios revelando al Padre, según lo manifiestan los evangelios, que nos ofrecen el testimonio de los discípulos: A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito Hijo que está en el seno del Padre, le ha dado a conocer (Juan 1.18). Hechos de los Apóstoles y las Epístolas, contienen la revelación suprema del Dios invisible obrando la redención de la humanidad: Jesucristo sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (2 Timoteo 1.10).
Pero en Apocalipsis hallamos "la revelación de Jesucristo que Dios le dio". Ahora es Dios quien manifiesta la gloria y el triunfo de Jesucristo. Y continúan los primeros versículos diciendo: "para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto".
Al estudiar Apocalipsis comprendemos, que la historia continúa para el mundo perdido, para quienes no han comprendido que el Día del Señor ha llegado. Para los creyentes, en cambio, la historia ha llegado a su fin. Estamos viviendo el proceso en el que se está construyendo el fin de todas las cosas. Estamos en un tiempo que aún permanece hasta que llegue el fin.
Así lo entendieron los discípulos al esperar la segunda venida de Cristo como un acontecimiento inminente. Pedro escribe en su segunda carta, y se refiere a los que ya están desconcertados porque el Señor tarda en cumplir su promesa de volver ¡y apenas habían pasado poco más de treinta años desde la ascensión! Y explica que no se trata de que tarda en cumplir lo prometido, sino que es paciente y no quiere que ninguno perezca.
La obra que realizó, no fue para un grupo reducido: la redención tiene una dimensión cósmica. Es decir, que el plan de Dios, es para tantos miembros de la humanidad como sea posible alcanzar; para que millones y millones lleguen a comprender que el día del Señor ha llegado, ya que se han cumplido las aspiraciones más atrevidas de los hombres, pues Dios vino a este mundo como un hombre para realizar la redención de un pueblo para Dios, y por medio de Cristo reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz (Colosenses 1.20).
El tiempo que permanece aún, es una muestra de la gracia de Dios, de su amor por este mundo, por el cual entregó a su Hijo. Quienes hemos escuchado y respondido al mensaje del evangelio, hemos sido introducidos ya al Reino de Dios, y pertenecemos al siglo venidero, aunque continuamos en un inter tiempo, un tiempo que aún permanece entre el triunfo de Jesucristo en la cruz y su segunda venida.
Estamos en el Reino de Dios, participamos de la eternidad y simultáneamente, vivimos en el inter tiempo, mientras aceleradamente se construye el fin. Cuánto durará este tiempo que permanece es algo que está más allá de nuestras posibilidades conocer, lo que no quita, que el fin esté ya a las puertas.
Durante los casi dos mil años transcurridos desde el cumplimiento del tiempo en Jesucristo, siempre la segunda venida ha sido un acontecimiento inminente. Primero, porque para Dios, mil años son como un día, y un día como mil años. Y luego, porque si el Señor no viene mientras tenemos vida, se consumirá muy brevemente el tiempo que nos resta vivir en este mundo, para nosotros tiempo que dura, y muy pronto estaremos con el Señor.
Repetimos, Apocalipsis, nos explica el misterio de las paradojas que surgen del hecho que el Día del Señor ha llegado, y sin embargo la historia continúa. Además, Jesucristo venció al diablo y a la muerte, pero ambos se enseñorean sobre la humanidad hoy. En Apocalipsis 4, Juan penetra por una puerta abierta en el cielo, y desde la perspectiva de Dios nos relata el proceso de la construcción del fin, un fin que ya concluye, porque desde el triunfo de Jesucristo estamos viviendo al borde del fin. En la perspectiva del cielo, en la que Juan recibe la revelación, el tiempo no fluye, porque está en la perspectiva de Dios, fuera del tiempo y del espacio.
El triunfo de Jesús es, en tal dimensión, un triunfo definitivo, consumado, eterno. No hay un lapso de espera hasta que llegue la victoria final. Su triunfo es una realidad presente, continua y permanente, a pesar de que para nosotros que participamos de la eternidad y del tiempo, el triunfo final de Jesucristo pertenezca al futuro, por más que se trate de un futuro inminente que ya llega.
A la luz del Apocalipsis percibimos, que el triunfo de la cruz, es el momento cuando el diablo y la muerte recibieron la herida de muerte, lo cual, no significa que hayan muerto, pero sí, que se están muriendo y que ya no tienen posibilidades de sobrevivir indefinidamente.
Y porque el diablo no ha terminado de morir, actúa con furia en la historia, enardecido por la herida de muerte y empeñado en dañar a la humanidad hasta donde sea posible, y especialmente a la iglesia de Cristo. Por eso, Apocalipsis completa el significado del Nuevo Testamento, que sin él, quedaría inconcluso. Es cierto que en sus páginas hallamos un lenguaje simbólico que nos resulta misterioso y a veces se nos ocurre indescifrable. Pero creemos firmemente, que hay en Apocalipsis un mensaje coherente que está allí en la superficie, y que podemos captar con mucho provecho, si no nos empeñamos en pretender solucionar todos sus misterios.
En realidad, es lógico que el libro nos ofrezca dificultades para su interpretación, y sería una actitud vanidosa aquella que pretendiera captar en un momento determinado, todo el significado de un libro de la categoría de Apocalipsis. Algunas imágenes fueron muy claras para sus primeros destinatarios, y otras son más claras para nosotros hoy.
Seamos sabios en nuestra actitud al acercarnos a este libro, en la seguridad que es mucho lo que podremos recibir de su lectura y estudio. Recordemos la bienaventuranza con que comienza: "Bienaventurado el que lee y los que oyen la palabra de esta profecía y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca".
Cullman, en "Cristo y el tiempo", pone énfasis en el YA del cumplimiento de las promesas del establecimiento del Reino de Dios, y utiliza la figura del día D durante la segunda guerra mundial, que determinó el triunfo de los aliados. Sin embargo, la guerra no concluyó con el desembarco en Normandía, y el día de la victoria (día V), llegó casi un año después, durante el cual se luchó furiosamente.
Lo mismo ocurre con el triunfo de la cruz (día D), cuando el diablo y la muerte recibieron su herida de muerte, pero aún estamos esperando la manifestación del día V, en que el triunfo de Jesucristo será una realidad visible en su segunda venida.
Una de nuestras tentaciones es la de medir este inter tiempo, este tiempo que permanece aún hasta la consumación del fin. Recordemos la recomendación de Jesús resucitado a sus discípulos en el primer capítulo de Hechos: No les toca a ustedes saber el tiempo o las sazones que el Padre puso en su sola potestad.
Lo que se profetiza en el Antiguo Testamento y luego se cumple en el Nuevo, debiera servirnos de advertencia. Ni aun los hombres fieles que esperaban el cumplimiento de las Escrituras, se dieron cuenta de la magnitud de lo que estaba aconteciendo con el advenimiento de Jesús. Y a pesar de que muchos lo esperan, son pocos los que creen en él, y aún éstos, no alcanzan a entender toda la grandeza que encierra la vida y la muerte de Jesucristo.
Lo que se habían imaginado que sería el día del Señor, no concordaba con lo que tenían por delante.
Fue tan poco espectacular lo que ellos lograron percibir, que no se sintieron inclinados a creer que el cumplimiento de los tiempos había llegado. A nosotros nos ocurrirá lo mismo si utilizamos Apocalipsis para confeccionar esquemas sobre el devenir de los tiempos. Lo que habrá de ocurrir cuando llegue el fin, será algo totalmente diferente de todo lo que logremos imaginar. Y en definitiva, lo único que habremos conseguido, será confeccionar esquemas basados en especulaciones, a las que probablemente, pretenderemos darle la autoridad de la Palabra de Dios.
Este no es el propósito del libro para nuestra necesidad de hoy. Por el contrario, el estudio de Apocalipsis iluminará con una luz brillante el contenido del Nuevo Testamento al declararnos la realidad presente del triunfo de Jesucristo, un triunfo que en el cielo dura desde antes de la fundación del mundo, cuando fue entregado. Triunfo presente, continuo y eterno, a la vez que constante y permanente. Fue entregado desde antes de la fundación del mundo; se entregó en el histórico episodio de la encarnación, y la imagen del cordero como inmolado que hallamos en Apocalipsis, nos muestra su eterna entrega. Es que entregarse, darse, es la esencia del Hijo de Dios, que en el Nuevo Testamento se expresa como "la gracia del Señor Jesucristo".
Al leer detenidamente el Apocalipsis, podremos entender que la palabra profética está hoy construyendo el inminente final de todas las cosas y la manifestación gloriosa de la victoria de nuestro Señor Jesucristo.
excente estudio Hnos. me sirve para aumentar mi fe y conocimiento sobre la palabra de Nuestro Dios todo Poderoso. Bendiciones.
la verdad estoy muy contento por esta bendicion tangrande de recivir estos mensajes., ojala ! fueran todos los dias muchas gracias y muchas bendiciones
ME PARECE MUY ESPECIAL SU COMENTARIO A CERCA DE LA PALABRA DE DIOS, CREO QUE EL LIBRO DE APOCALIPSIS ES DEMASIADO MISTERIOSO Y EN REALIDAD ME ES DIFICIL PODER ENTENDERLE PERO AGRADEZCO A USTEDES POR REGALARME SUS COMENTARIOS, ME ESTAN SIRVIENDO DE MUCHO.-
DIOS LES BENDIGA SIEMPRE
de gran aprovecho son esta reflexiones para mi vida que el señor les siga iluminando y dandoles sabiduria y gracia
dios les bendiga
De verdad, muy agradecido… hoy es la primera reflexion q recibo y es de mucha bendicion.
amados hermanos gracias por este comenterio del apocalipsis. estas reflexiones nos llenan de gozo el que nosotros podamos entender lo que habia sido oculto para aquellos grandses hombres que escribieron su hermosa palabra en la antiguedad. me gustaria un estudio profundo de este libro de revelacion. amen Dios los continue bendiciendo
Bendecidos: para mi es gran bendicion de poder reciber sus mensajes Es dificil para mi endender el libro de apocalipsis, esto me ayuda a mi y por supuestoa a muchos de nostros. espero mas de estos mensje de apocalipsis. Con goso y con bendiciones, gracias
!Guau hermanos por tan poderosa palabra, Yo de estas hermosas lecciones voy aprender muchisimo, les agradezco por estas herramientas, y por abrir mis ojos espirituales para una nueva dimension en este año que comenzamos, les agradezco muchissssimo, y que Dios los bendiga y siempre estare pendiente de nuevas reflexiones hasta pronto los felicito- Sonia
muchas gracias hermanos por la explicacion ya que apocalipsis no es facil de explicar ni de entender, pero se que cuando es el espiritu de dios en uno todo se explica y se entiende gracias le doy a dios por ustedes bendiciones
Gracias hermanos ha sido de gran bendicion a mi vida el recibir sus bosquejos sobre el Libro de Apocalipsis, al leer este libro me ha sido bien complicado el poder tener en mi vida el significado, pero ahora con esta ayuda que ustedes nos estan dando he logrado profundizar un poco mas lo que me ha dado bendicion, les bendigo en el nombre de Jesucristo y pido a el que les siga utilizando para bendecir a otros y asi mismo que el supla sus necesidades, saludos.
Gracias hermanos es de gran bendición y creciemiento en la palabra como creyente sabemos que la benida de nuestro señor jesucristo se aproxima quisiera más comentarios acerca de Apocalipsis muchas gracias dios les re- bendiga
El triunfo de Jesús es, en tal dimensión, un triunfo definitivo, consumado, eterno. No hay un lapso de espera hasta que llegue la victoria final. Su triunfo es una realidad presente, continua y permanente, a pesar de que para nosotros que participamos de la eternidad y del tiempo, el triunfo final de Jesucristo pertenezca al futuro, por más que se trate de un futuro inminente que ya llega.
Su triunfo es una realidad presente, continua y permanente, a pesar de que para nosotros que participamos de la eternidad y del tiempo, el triunfo final de Jesucristo pertenezca al futuro, por más que se trate de un futuro inminente que ya llega.
VEN PRONTO SEÑOR JESÚS. AMEN AMEN