«Enseñame a envejecer»
(ORACION DE UNA MONJA DEL SIGLO XVII)
Señor, Tú sabes mejor que yo que estoy envejeciendo, que pronto seré vieja.
Guárdame del fatal hábito de pensar que debo decir algo sobre cada tema y en cada ocasión.
Líbrame de pensar obsesivamente que debo arreglar los asuntos de todos.
Hazme considerada pero no asfixiante, servicial pero no mandona.
Con tanta sabiduría, parecería una lástima no usarla toda, pero Tú sabes, Señor, que quiero que me queden algunos amigos al final.
Guárdame de querer dar innumerables detalles; dame alas para llegar al punto.
Sella mis labios respecto a mis dolencias. Están aumentando y el deseo de relatarlas se está tornando más dulce a medida que pasan los años.
No me atrevo a pedir la gracia suficiente para disfrutar el relato de las penas de los otros, pero ayúdame a soportarlo con paciencia.
No me atrevo a pedir que mejore mi memoria, pero sí a crecer en humildad y no hacerme la sabihonda cuando mi memoria parece no estar segura de acuerdo con la de los otros.
Enséñame la gloriosa lección que de vez en cuando pueda estar equivocada.
Manténme razonablemente dulce.
No quiero hacerme la santa -es tan difícil convivir con ellos- pero tampoco una vieja amargada, que es una de las obras maestras del diablo.
Dame la habilidad de ver cosas buenas en lugares insospechados, y talentos en personas de quienes menos lo esperaba.
Y dame, Señor, la gracia para decírselo.
Gracias por compartir este tipo de mensajes
La experiencia crea ciencia
seguro que la usaré y compartiré
QUE BONITA ORACION DE MI HER. PARA CADA DIA PODER PONERLA EN OBRA EN NUESTRAS VIDAS Y SERA DE UNA GRAN EXPERIENCIA