¿El haber escrito uno de los Evangelios, y haber hurgado en tantos testimonios, orales y escritos, le habrá posibilitado ser mejor médico?
Es interesante lo que ocurre en el episodio narrado en Lucas 8, en el que Jesús cura a la mujer que toca su manto. Este relato está también narrado en los evangelios sinópticos, pero con sutiles diferencias.
Mateo pasa por alto mayores detalles médicos. Dice: «Entonces una mujer enferma, que durante doce años había sufrido derrames de sangre, se acercó a Jesús…» (Mt. 9:20).
Marcos por su parte, es extremadamente cáustico al referirse a los tratamientos médicos por los que había atravesado esta mujer. Luego de describir someramente la enfermedad, dice:»Había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía; pero no le había servido de nada, sino que al contrario, iba de mal en peor» (Mc. 5:26).
Lucas en cambio, está en una postura original y distinta a la de ambos evangelistas. Le da importancia al tema médico, a la enfermedad a la cual describe, y refiriéndose a los tratamientos realizados habla de su ineficacia y del dinero y el tiempo invertido, pero no le asigna mala intención sino impotencia. Dice: «Y entre ellos había una mujer enferma que durante doce años había sufrido derrames de sangre y había gastado en médicos todo lo que tenía, sin que ninguno la pudiera sanar» (Lc. 8:43).
LUCAS COMO MODELO
Me gusta el modelo de Lucas en cuanto la actitud del terapeuta hacia su profesión y el lugar que ocupa el milagro por la intervención de Dios. Aprecio que sea crítico de los recursos médicos, pero no exageradamente crítico, sino que ponga las cosasen su justo lugar. Me identifico con él al reconocer las limitaciones de la medicina, sin que por ello sienta decepción o frustración frente a su tarea.
Quisiera como él depositar una última opción de curación cuando se apela a la fe del paciente, lo cual aparece en la estructura del relato de este suceso. Me gusta poder reconocer, aún siendo Lucas griego (y yo también lo soy por formación universitaria), aceptar el milagro de la intervención de Dios sin cuestionamientos científicos interminables, sino explicando lo sucedido con la credulidad de un niño: todo un profesional certificando cómo una mujer que tocó el manto de Jesús quedó sana al instante cuando la medicina había fracasado vez tras vez durante doce años.
EL MEDICO HERIDO
El psiquiatra austríaco Carl G. Jung, conversando con su amigo y biógrafo Laurens Van Der Post, le dijo alguna vez: «Aprendí que
sólo el médico que se siente profundamente afectado por sus pacientes puede curar. La curación sólo se produce cuando el médico habla desde el centro mismo de su psique tan provisionalmente denominada «normal», a la psique enferma que tiene frente a él y que espera curar.
En última instancia, sólo el médico herido cura. Y aún él, no puede curar más allá de la medida en que se ha curado a sí mismo.
El médico tiene que aceptar, pese a lo humillante que ello pudiese ser para su propia «cordura» y «normalidad», que él no podía llevar a nadie más allá de donde se hubiera llevado a sí mismo» 1
Estos pensamientos de Jung, confirman el dicho de Jesús: sólo el médico que se ha curado a sí mismo, o que está en permanente proceso de curación, puede sanar a otros. No puede hacer por otros, ni en otros, lo que no hizo en sí mismo. Y también lo siguiente: es un médico sano aquel que está herido, que es humilde, que es solidario con la enfermedad de su paciente porque también él se siente humano, limitado y enfermo. Todo esto quiere decir que sólo podemos curar a nuestro hermano.
UNA PROPUESTA
En una reciente entrevista que le realizaron al gran poeta y ensayista mejicano Octavio Paz, él propone una actitud para enfrentar la vida que consiste en un doble juego del cual el primero es la actitud critica de la ironía. Dice: «No abandonar la actitud crítica, cultivar la reticencia y la desconfianza frente a todas las soluciones fáciles…La ironía es un elemento de crítica, pero es hija del desengaño. Hace falta algo más: imaginación y compasión.
La ironía es subjetiva, es la respuesta del yo ante la seriedad estúpida o criminal del mundo objetivo. La ironía es el hombre que se ríe de los demás y se ríe de sí mismo.»
Llegado este punto, Octavio Paz propone un segundo momento que trascienda la ironía, y que él llama metaironía: «…se trata de una ironía que va más allá de la ironía, que se burla de ella y la anula. La metaironía es ir más allá de este diálogo con el yo: la metaironía se ríe del yo que se ríe del mundo. La ironía es cruel, la metaironía disuelve la crueldad.»
Concluye esta idea Octavio Paz, diciendo: «…se debería tener un poco de ironía, frente a sí mismo y frente a los demás; es decir, mostrar cierta desconfianza, saber que no es dueño de recetas absolutas, asumir que no hay verdades totales. Enseguida, por el camino de la metaironía, tener compasión, piedad.»
He pensado que quizás como terapéutas, podríamos hablar de una actitud crítica científica, que correspondería a la ironía de Octavio Paz, en la cual con gran rigor técnico abordamos el paciente y su enfermedad. Y luego con una actitud perdonadora, de fe y confianza en la intervención divina, nos reconciliamos con el prójimo, su enfermedad y nosotros mismos. En esta fase, llamémosla metacientífica en nuestro caso, reconocemos la limitación humana, de la cual también participa el método científico creado por el hombre, y esto nos hace humildes, o como decíamos anteriormente citando a Carl Jung: «heridos».
Precisamente Octavio Paz apunta a este sentido al terminar su entrevista, cuando dice: «Con profundo saber, los antiguos teólogos veían en la soberbia el pecado de Satán. Ese pecado nace, entre los hombres, de la pretensión de ser dueños de una verdad absoluta. Es un mal que ha infectado el siglo XX, bajo el dizfraz de la ciencia y la filosofía.» 2
CONCLUSION
Comenzamos preguntándonos cómo «curarnos a nosotros mismos», cómo llevar a cabo una medicina compatible con los principios del Jubileo que enunció Jesús al comenzar su ministerio, para que nuestra tarea terapéutica sea realmente sanadora (que es precisamente su razón de ser).
Propongo que la respuesta la encontraremos en la actitud de confianza que nos brinda la fe, y con la convicción de que la salud está más allá de nuestro control. Tener siempre presente que en última instancia, y aún cuando hemos realizado el mayor y mejor esfuerzo a través de nuestra intervención técnica, siempre una curación es un milagro que trasciende nuestra comprensión, y por el cual debemos ser agradecidos y humildes.
Creo, además, que para ser médicos sanos, debemos ser médicos heridos, es decir, haber reconocido nuestra condición limitada, y que esta actitud haya sido causa y consecuencia de haber permitido la intervención de Jesús en nuestras vidas. Jesús no sólo es Rey de reyes y Señor de señores, sino también Médico de médicos. Entendiendo por esto, que es él quien puede curarnos, para que podamos afirmar que a través suyo «nos curamos a nosotros mismos», y a partir de esta realidad llevar a cabo una tarea de sanidad integral hacia el prójimo sufriente que se acerca a buscar nuestro auxilio.
Entonces estaremos cumpliendo con nuestra misión de sanar.
1.- Van Der Post Laurens, «Jung y la historia de nuestro tiempo».Editorial Sudamericana. (Buenos Aires, 1978). Pag.196
2.- «Palabras de Octavio Paz» (entrevista). Diario «La Nación»,Buenos Aires. Doningo 31 de Diciembre de l989.
El Señor Jesus sano en mi vida espiritual una herida emosional, que me paso iniciando mi ministerio pastoral, no solo la iglesia a la cual pastoreaba, tambien de la directiva nacional,
el trato del Espiritu Santo la senti como el amigo que me trae el medicamento adecuado para levantare de la situacion que el enemigo queria verme
GRACIAS A DIOS POR ESOS TEMAS Y POR LA FUERZA QUE NOS DA A CADA UNO CON SU ESPIRITU SANTO PORQUE SIN EL NO PODRIAMOS VENCER EFECTIVAMENTE CUANDO SUFRIMOS Y PASAMOS POR COSAS TERRIBLES CON LA FUERZA Y PODER DEL SEÑOR SOMOS SANADOS Y RESTAURADOS. GRACIAS A DIOS POR LEVANTARME Y ANIMARME A CONTINUAR EN SU BENDITO CAMINO.
REALMENTE LO QUE LA HUMANIDAD NO HEMOS LOGRADO ENTENDER QUE PASE LO QUE PASE CONTRA VIENTO Y MAREA SIEMPRE ESTA DIOS POR ENCIMA DE LO QUE SEA, QUE SIN EL NO PODEMOS ABSOLUTAMENTE NADA, DE VERDAD COMO HABLA EL TEMA DE COLORCARNOS EN EL LUGAR DEL OTRO EN SU SITUACION LA QUE SEA PARA PODER AYUDAR A ALGUIEN CON EL PODER Y FE QUE DIOS NOS DIO Y QUE DEBEMOS APROPIARNOS DE ESTE REGALO MARAVILLOSO.
SI ES CIERTO QUE TENEMOS QUE PASAR POR NUESTRO DOLOR PARA PODER ENTENDER Y ALIVIAR EL DOLOR DEL HERMANO PERO SIEMPRE DEBEMOS TENER PRESENTE QUE SOLO LO LOGRAMOS CUANDO PONEMOS NUESTRO SENTIR SOLAMENTE EN JESUS Y EN DIOS PARA NUNCA PERDER EL ESPIRITU SANTO, EL CUAL PERMANECE EN NOSOTRO DESDE EL PRIMER MOMENTO EN QUE ACEPTAMOS A JESUS,EL ES NUESTRO SANADOR POR EXELENCIA Y SIN EL NO SOMOS NADA AÚN CUANDO TENGAMOS TODO POR QUE SIN DIOS Y SIN SU HIJO VENIMOS A SER INSTRUMENTOS DEL ENEMIGO
realmente es extraordinario,lo que nuestro Sr.hizo en esta mujer,como su poder salio,y libro de la enfermedad,me imagino a Lucas,medico el,por que tal vez conocia la situacion de la mujer,ahora estaba frente a la mujer sana,completamente,y salva,el atonico,sin palabras,habra glorificado a DIOS en silencio,jesus es poder,puede hacer lo mismo hoy,los medicos pueden haberte dicho,no hay solucion,por que esta mujer si que no tenia solucion,pero llego,aquel,dador de la vida,el Cristo puede llegar a ti,y darte completa sanidad,hermano/na,amigo/ga,jesus es el salvador
DEBEMOS SER PARTICIPE DEL DOLOR DE CRISTO, PARA PODER COMPREDER Y SANAR AL CUERPO NATURAL, POR NUESTRO PROPIOS MEDIOS NO PODEMOS, EL HOMBRE DEBE DE ENTERDER QUE SU CAPACIDAD ES LIMITADA,ALEJADOS DE MI NADA PODEIS HACER, DICE EL SEÑOR.EL HOMBRE SE AFANA POR EL TRABAJO, ENFERMANDOCE, Y LO QUE GANO, ES PARA DARCELOS A LOS DOCTORES, Y A LO ULTIMO RECURRE A SU ACEDOR, SIEMPRE FIEL……AMEN .DIOS LES BENDIGA.
yo le doy gracias a Dios por sanarme de mi enfermedad de meningitis a los 10 años de edad.Hoy tengo 19 y le sirvo con todo mi corazon predicando de su pleno y verdadero amor y tambien se que no podria vivir sin el.por eso le doy gracias!!!!!!!!!!!!!!!! Dios!!!!!!!!!!!!!!!!!
mi Señor hace 8 años me levanto y sano mi mente y mi espiritu y creo ahora con el proposito de ser de bendicion al enfermo aquien esta en necesidad de que conoscan la sanidad interior y fisica con solo creerle a su promesa y me es necesario volver a ir al hospital para dar de lo que recibi de gracia.
Realmente me sigue sorprendiendo en un mismo escrito, (expresiones de una misma persona), puedan existir tantas contradicciones que al final, uno no sepa qué debe pensar de cual sea la postura del autor.
Por un lado nos dice citando a Octavio paz que no hay recetas absolutas:
“…se debería tener un poco de ironía, frente a sí mismo y frente a los demás; es decir, mostrar cierta desconfianza, saber que no es dueño de recetas absolutas, asumir que no hay verdades totales. Enseguida, por el camino de la metaironía, tener compasión, piedad.”
Lo que viene a decir que si Cristo sana, también podría sanar la fe en la virgencita de cartón. Como no hay recetas absolutas…
Como no hay verdades totales…
Y también nos dice que es soberbia creer en verdades absolutas:
“Con profundo saber, los antiguos teólogos veían en la soberbia el pecado de Satán. Ese pecado nace, entre los hombres, de la pretensión de ser dueños de una verdad absoluta. Es un mal que ha infectado el siglo XX, bajo el dizfraz de la ciencia y la filosofía.”
Y al mismo teimpo, por otro lado nos dice que:
Jesús no sólo es Rey de reyes y Señor de señores, sino también Médico de médicos.
Yo me pregunto: Esta afirmación ¿No es una verdad absoluta? Claro que lo es.
Una verdad que yo creo firmemente. Considero que nadie en toda la historia de la humanidad pudo decir jamás aquella frase que hayamos en Juan 14.6, «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre sino es por mí». Nadie excepto Jesús. Porque él es la Verdad absoluta.
Desgraciadamente, siempre que mezclamos la verdad de la Palabra de Dios, con la estupidez que llamamos «sabiduría humana» sólo nos nacen hijos abortivos.
¿Porqué esa pretensión de querer parecer m´´as sabios citando a «grandes autores» cuando lo que dicen está en una clara oposición a lo que está escrito en la Palabra de Dios?
¿Porqué no reflexionar sobre el hecho de que estos foros lo leen multitud de personas que no tienen el suficiente conocimiento de la Palabra de Dios o el discernimiento necesario para separar la paja del trigo? Al mezclar la palabrería humana con la palabra de Dios estamos haciendo un flaco favor a los participantes a los foros.
Carl G. Jung, Octavio Paz y cuales quiera otros autores, por reconocidos que sean, no dejan de ser hombres cuyos conocimientos deben ser juzgados a la luz de las Sagradas Escrituras.
Cuando el apóstol Pablo citó alguno de los autores de su tiempo, lo hizo para apoyar el mensaje de la verdad, no para sembrar dudas sobre el mismo.
Cuando citamos a un autor que nos dice que no hay verdades absolutas, está negando lo que la Palabra de Dios afirma.
Dios es Dios y el Creador del Universo. Eso es una verdad absoluta. Aunque los grandes autores no la quieran creer.
Jesús es el Hijo de Dios, eterno y Creador. Eso es una verdad absoluta. Que creemos todos los verdaderos cristianos.
La Palabra de Dios está llena de verdades absolutas que creemos y seguiremos creyendo aquellos a los que nos impporta más la Palabra de Dios que la sabiduría humana.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 1ª Corintios 1.20-21
Cristo sana. Cristo salva. Cristo viene pronto. Estas, también son verdades absolutas.
Bendiciones