por ESTER OTERO DE TEJERINA
Cadaver insepulto
tu liturgia hermosa
tu teología racional
sin milagros,
tu congregación
sin comunión,
tus obras sin fe
y esa ominosa ausencia del amor.
Hiede,
pero llegará la hora
en que ni siquiera hieda,
serán sólo huesos
blanqueados por el tiempo,
podrás acomodarlos bellamente
de uno u otro modo;
sólo te molestará
encontrarlos removidos,
pero lograrás volverlos a su orden.
… finalmente serán
sólo bellos huesos secos.
Hola queridos hermanos de Compromiso Cristiano, con mi saludo fraternal va el agradecimiento por el trabajo con que Uds. anonimamente producen y envian esta página tan valiosa.
Hoy vuelven a publicar «Religión sin amor», que ya fué publicada hace unos meses. En aquél momento cuando volví a leerla, vino a mi mente el lejano día, hace ya más de veinticinco años, cuando una experiencia provocó que necesitara escribir “Religión sin amor”.
Estaba como turista visitando un lugar de culto, admirando la belleza de la arquitectura y el arte allí atesorado, cuando, ya de salida, en el atrio, veo unas vitrinas con dos osamentas humanas, (seguramente de algún ilustre), y algunos fieles ofrendando, implorando y adorando aquellos huesos y los demás objetos de culto.
Mi escrito no memora los huesos de la experiencia del profeta Ezequiel, que traén tanta esperanza y consuelo, sino a los rituales vacíos de contenido, que terminan en muerte.
Como digo, los rituales vacíos y los “slogans” solo adormecen la conciencia, creo que conviene tener cuidado de no caer en ellos, sino discernir en nuestro culto al Señor.
La poesía es fuerte, es verdad y se comprende por contradicción a lo que describe. De cualquier modo uno escribe como dije antes, no para ser leído, sino por necesidad de sacar afuera lo que batalla en la mente.
Le envío mi cordial saludo. Ester O. Tejerina